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Reportaje:FÚTBOL | 31ª jornada de Liga

Siete contra siete

Más allá del partido, Raúl y Villa se disputan el derecho a portar el histórico dorsal de la selección

Diego Torres

Los homínidos defienden su territorio mediante conflictos rituales, normalmente, incruentos. El asunto suele dirimirse entre los machos más fuertes de la manada. En el fútbol, que también es un rito colectivo, no es diferente. A veces los equipos se juegan la preponderancia lanzando a sus jugadores más representativos a una especie de duelo psicológico. Un mano a mano que remite a conductas gregarias heredadas de los antepasados prehistóricos. El Bernabéu será testigo esta noche (22.00 horas, La Sexta) de uno de estos fenómenos. El Madrid recibe al Valencia. Al frente del equipo local, Raúl González, hombre de espíritu reivindicativo, torero frustrado, intentará demostrar que el verdadero siete de España es él. A la cabeza del conjunto visitante, David Villa, hijo de un minero, defenderá su condición de legítimo heredero del dorsal de la selección que una vez correspondió a Raúl. Porta el siete como si fuera suyo.

"Me gusta mucho, es muy peligroso. Un jugador muy importante'', dijo Capello de Villa

Pocos partidos recrean con más claridad los cambios en el orden establecido y sus desagradables consecuencias. Ninguno de los adversarios está dispuesto a ceder terreno. Raúl se resiste a creer que su tiempo ha concluido. Villa se empecina en considerarse a sí mismo como el mejor delantero de España. No se genuflexiona ante la historia. A Raúl le reserva un trato indiferente.

El entrenador del Madrid, Fabio Capello, no le quita ni le da la razón a Villa. Pero reconoce que no va desencaminado. "Es un jugador importante", dijo ayer. "Me gusta mucho. Es muy peligroso".

Si el peligro lo anuncian las estadísticas, el delantero del Valencia lleva una ventaja considerable. Al menos esta temporada. Villa suma 13 goles y ocho asistencias en Liga, mientras que Raúl acumula cinco tantos y tres asistencias. Sólo en una variable Raúl supera a Villa, las acciones de juego: 1.421 a 1.232. El líder del Madrid brilla por su vocación participativa, sobre todo en defensa. Alejándolo del área hacia la banda, Capello pretendió explotar su veta disciplinada, para que ayude en la presión y en la creación, dos tareas en las que padece. Aunque no es un extremo, ni un media punta, Raúl siempre dijo que sí a todos los técnicos. Villa ha centrado 106 veces (provocando siete goles) y Raúl se ha quedado en 40 centros (un gol).

Villa tiene 25 años y Raúl 30. Uno es un joven lleno de energía y el otro un veterano que se rebela contra el reloj. A Villa lo rastrean los principales clubes de Europa, dispuestos a pagar una elevada cláusula. A Raúl, el Madrid pondera la posibilidad de ofrecerle la carta de libertad, siempre y cuando él desee cambiar de aires, claro. Porque los dirigentes madridistas, cautos y supersticiosos, tienen por seguro que quien deje marchar al ídolo será tomado por los socios como un malhechor y sufrirá una maldición. Como le ocurrió a Howard Carter, el arqueólogo que desenterró la momia de Tutankamón.

Raúl dice que quiere cumplir su contrato en el Madrid (termina en 2010). Al parecer, ha cambiado de opinión. Porque cuando empezó la temporada puso su cargo a disposición del presidente, Ramón Calderón. Según un miembro de la directiva, el capitán dijo que estaba harto de la falta de "espíritu" que había contaminado el vestuario, y señaló a Ronaldo y a Roberto Carlos como elementos perturbadores. Sea porque estos dos jugadores ya no cuentan para el club, o sea porque se recuperó el "espíritu", el hecho es que Raúl dice que seguirá en el Madrid.

El que probablemente no siga en el Valencia es Villa. Uno de los clubes que lo pretende es el Chelsea. El consejero del Chelsea para el fútbol español es Juan Cruz Sol. "Villa tiene un futuro increíble", dice Sol; "es fantástico, uno de los mejores nueves del mundo. De Raúl no hay que esperar que dé lo que ha dado en años anteriores. Sigue siendo un gran jugador, rinde, aporta al conjunto, lucha... Pero normalmente, los jugadores que han estado a un altísimo nivel tanto tiempo lo pagan caro. Pierden la sexta velocidad. Lo más importante".

David Villa (izquierda) y Raúl González.
David Villa (izquierda) y Raúl González.SANTIAGO CARREGUI / GORKA LEJARCEGI

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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