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La policía lusa no apoya a la gallega en la busca del pederasta del Miño

Oliver Shanti lideraba una secta sospechosa de 1.000 abusos a menores

La policía española, con la Guardia Civil, la Marina y los cuerpos municipales de las localidades miñotas, ha rastreado la zona fronteriza con Portugal y sospecha que el fugitivo ya no está en Galicia como se creía en un principio. Desde que se publicó la orden europea de busca, Oliver Shanti, que pudo protagonizar en primera persona 116 casos de pederastia, tuvo tiempo de escapar. Entre otras cosas, porque la policía portuguesa no ha colaborado.

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Ni la Guardia Nacional Republicana ni, lo que todavía es más extraño, la Policía Judiciária cumplen la orden europea de búsqueda y captura que pesa sobre Ulrich Schulz, conocido en el mundo de la música como Oliver Shanti y, en otros ámbitos, como Oliver Serano-Alve. La policía alemana, que seguía desde 2002 los pasos del artista, descubrió recientemente en Vila Nova de Cerveira la mansión que fue residencia de Shanti, pero el Grupo de Localización de Fugitivos de la policía española cree que el sospechoso huyó buscando refugio en Galicia, en algún lugar fronterizo con Portugal, a lo largo del Miño.

No obstante, mientras la policía de esta ribera de la raia se ha movilizado para localizar a Oliver Shanti, la portuguesa asegura no conocer la orden de busca, que se encuentra en internet sólo con teclear el nombre del fugitivo. El portavoz de la Judiciária de Braga, que es el cuerpo responsable de este tipo de casos desde su Departamento de Investigaçao Criminal, declara que "Oliver Shanti no es una prioridad", y como no tienen "constancia de que se le esté buscando" en Europa, "ninguna de las policías portuguesas actúa ni tiene previsto actuar".

En la vera gallega del Miño, sin embargo, el retrato robot del presunto líder de una secta sospechosa de perpetrar 1.000 "abusos graves" de menores cuelga de las comisarías, aunque los agentes creen que Shanti ya no se encuentra en Galicia. "Se dijo que este hombre se ocultaba en una barcaza en el Miño; incluso se dijo que sobre la barcaza había columpios para los niños que acompañaban al fugitivo", relata el sargento de la Guardia Civil tudense, "pero creer que ese hombre se esconde en el río, en una embarcación de dimensiones similares a los transbordadores que cruzan con los coches la frontera, es no conocer la realidad de esta zona en absoluto".

El Ejército peina a diario este río, que en este tramo es "uno de los más vigilados de España". En Tui, a la orilla del Miño, hay Comandancia de Marina. Su patrullera y sus lanchas no se dedican a nada más que a recorrer varias veces al día el río, y los miembros del equipo aseguran que controlan a todos los que se mueven por el Miño: "Conocemos a los que cazan, a los que pescan, a los del Náutico, a los que practican cualquier tipo de deporte, a los que andan a las angulas..., a los portugueses y a los que no son portugueses, y jamás hemos visto una barcaza".

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Si Shanti ya no continúa por la zona es porque muchos vecinos lo conocen. El presunto pederasta se movía habitualmente entre las dos orillas del Miño, y aunque vivía en Vila Nova, a menudo cruzaba a Galicia. Casi nunca por Goián (la localidad pontevedresa situada frente al municipio de Cerveira), sino por el puente internacional de Tui, la villa a la que solía acudir para comprar comida en el Froiz y gran cantidad de medicamentos.

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