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Reportaje:

"Hay aberraciones urbanísticas que ya son irreparables"

La arquitecta Isabel Aguirre prepara una exposición sobre el paisaje que incluye una intervención en la Ribeira Sacra

Realizar una intervención arquitectónica en un paraje de gran belleza natural como los cañones del Sil, en la Ribeira Sacra, puede parecer una osadía o incluso algo peor, pero en este caso no se trata de actuar contra uno de los estandartes del patrimonio natural de Galicia sino de todo lo contrario: dar a conocer su belleza y alertar sobre las medidas que deben tomarse para evitar que se repitan algunos atentados urbanísticos que ya son visibles en los enclaves turísticos de la costa gallega. La arquitecta Isabel Aguirre se encuentra en pleno proceso de preparación de Salir a, una exposición con el paisaje como eje central que podrá verse en el Centro Galego de Arte Contemporánea (CGAC) a partir de mayo. La muestra traspasará los muros del museo, ya que también formará parte de ella la citada actuación en la Ribeira Sacra.

Aguirre, coautora junto al arquitecto portugués Alvaro Siza del parque de San Domingos de Bonaval en Santiago, explica que uno de los objetivos de este proyecto es llamar la atención para que la Ribeira Sacra tenga un desarrollo sostenible: "No se puede amar lo que no se conoce y la gente tiene que aprender a sentir el paisaje, pero esto no puede hacerse de forma masiva sino de una forma en la que se pueda llegar al corazón de cada persona".

La intervención que va a realizar en los cañones del Sil consiste en la colocación de una plataforma-mirador, íntegramente realizada con madera y acero, que permitirá a los visitantes tener un punto de observación privilegiado sobre el río encañonado. Además, se instalarán unos aparatos que amplificarán los sonidos existentes en el lugar (viento, pájaros, agua) para intensificar las sensaciones.

"El paisaje lo integra todo: el sonido, el color, la historia, la cultura...por eso en esta exposición quería contar con artistas de disciplinas distintas", explica Aguirre, una arquitecta con una trayectoria atípica que comenzó a estudiar la carrera cuando ya contaba 40 años. El escultor belga Gerald Dederen, el músico canadiense Francois Laporte y el fotógrafo Fernando Suárez son los elegidos para la parte de la exposición que podrá verse en el CGAC y que ofrecerá al visitante la oportunidad de sumergirse en los ecosistemas, las sensaciones y las presencias del paisaje en la vida contemporánea.

Aguirre considera que los arquitectos tienen "mucha responsabilidad" en las aberraciones urbanísticas que se han cometido en Galicia en los últimos años, algunas de las cuales son ya "irreparables", y apunta que este colectivo tendría que salir más a la luz para explicar los porqués de algunas actuaciones. "La arquitectura tiene que dar una respuesta real al mundo de hoy y, por su parte, los clientes tienen que respetar los conocimientos que tienen los arquitectos y que ellos no poseen", señala Aguirre, quien también reclama que los ayuntamientos cuenten con arquitectos para asesorarles en sus proyectos de ordenación urbana, algo que no ocurre en la actualidad en muchos puntos de Galicia y que debería ser corregido "con apoyo de la Xunta".

La arquitecta afincada en A Coruña cree positivo que al menos ahora exista un debate sobre la conveniencia de poner coto a los desastres urbanísticos. "Siempre me ha llamado la atención que los gallegos estemos tan apegados a nuestra tierra y, al mismo tiempo, seamos depredadores con el paisaje, un bien común que tenemos que cuidar entre todos", señala.

Respecto al futuro del proyecto de la Cidade da Cultura, Aguirre estima que es una obra "espectacular" pero sobre la que surgen dudas por la ausencia de un proyecto claro sobre sus contenidos. En su opinión, es necesaria una reflexión profunda sobre lo que se va a hacer con este complejo. En cualquier caso, advierte que lo sucedido con la obra diseñada por Peter Einsenman debe servir de lección para el futuro porque "es un ejemplo de la sociedad del derroche y del espectáculo que hay que frenar".

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