_
_
_
_
Reportaje:Fórmula 1 | Gran Premio de Malaisia

"Ellos fueron más valientes"

Raikkonen admite el error de la primera curva y Todt anuncia una reacción fulminante de Ferrari

Conformismo no es una palabra que exista en el diccionario de Ferrari. La situación por la que pasaron ayer en Malaisia fue dura de encajar. Contaban con los motores más competitivos, aventajaban al resto con varias semanas de evolución, y, sin embargo, fueron ampliamente superados por los McLaren. Al acabar la jornada, Jean Todt, el jefe supremo de la escudería, anunció ya una reacción fulminante del equipo en la próxima carrera de Bahrein. "Afortunadamente la próxima semana se disputa ya la carrera de Sakhir. Haremos todo lo necesario para obtener un mejor resultado", sentenció poco después de ver como Raikkonen concluía tercero y Massa, quinto, superados por Alonso y Hamilton, una pareja de pilotos más novata que la suya.

"Fue la carrera más dura de mi vida y estoy seguro de que ganaré alguna", dijo Hamilton
Más información
McLaren se come a Ferrari

En el equipo de Maranello no apuntaron a la mecánica para explicar la repentina superioridad de sus rivales. La gente de Ferrari, hermética a la hora de revelar detalles técnicos, destacó el factor humano. La idea que se esforzaron por transmitir fue la de que todo se perdió en la salida, cuando los dos bólidos plateados arrebataron las dos primeras plazas a los rojos. "Obviamente, la salida jugó un papel determinante en la evolución de la carrera", reconoció Luca Baldisserri, director técnico de Ferrari.

La confesión más notable de lo que había ocurrido la realizó Kimi Raikkonen cuando le preguntaron sobre lo que ocurrió en las primeras curvas. "Fernando y Lewis fueron simplemente más valientes que nosotros", respondió el finlandés en un alarde de sinceridad. "Pero", agregó, "es cierto que a nosotros nos faltaba la velocidad necesaria para contrarrestar a nuestros rivales principales. Deberemos estudiar a fondo qué fue lo que nos impidió sacar todo el potencial de nuestros coches".

Las palabras de Raikkonen fueron el único atisbo de Ferrari por reflexionar públicamente sobre un hecho que se hizo evidente a miles de aficionados. Los pilotos no fueron el único problema de la escudería italiana en Malaisia. Los motores no respondieron como en los días precedentes. Nadie habló en Ferrari de que en las últimas semanas debieron modificar el fondo plano de su coche porque era demasiado flexible, ni de que el motor de Raikkonen estaba algo tocado porque había perdido agua durante las últimas 20 vueltas del GP de Australia.

Las modificaciones en el fondo de los bólidos, impuestas por la FIA, pudieron perjudicar a Ferrari más que a McLaren. Esto es lo que insinuó Ron Dennis, el jefe de McLaren, antes de la carrera: "Las reglas nos afectan a todos. A nosotros, particularmente, las modificaciones no nos han quitado velocidad porque hemos desarrollado otros aspectos. Si otros han perdido potencia, no es mi problema".

Cara a la galería, Ferrari contaba con una aparente ventaja mecánica. Pero no parecían contar con la calidad y la precisión de Alonso en las salidas, y ni siquiera con la garra de un Hamilton que se va confirmando día a día como la mejor esperanza de futuro de la F-1. Alonso estuvo toda la semana preocupado por la salida de esta carrera, hasta el punto de que, como explicó De la Rosa, había decidido cambiar los frenos de su bólido y poner otros más sensibles y más fáciles de calentar pensando en la primera curva de Sepang.

"La clave estuvo en la salida", confirmó Alonso, que corrió sin radio las primeras vueltas. "Y tener a Hamilton detrás, en segunda posición, hace todavía mejor mi victoria. Cuando me vi primero en la vuelta inicial y comprobé que Lewis era segundo, pensé que podíamos ganar. Pero no lo vi claro del todo hasta el último repostaje de Raikkonen".

Las sensaciones del doble campeón mundial eran entonces de euforia retenida. Y explotó cuando salió del coche y luego cuando se encontró en el box con su equipo que lo había celebrado poniéndose unas camisetas naranjas, que simbolizaban la victoria.

La satisfacción que sentía Hamilton por su segundo puesto era superior. "Fue la carrera más dura de mi vida", confesó el británico, apadrinado desde los 10 años por Ron Dennis. "Defendí mi posición durante mucho tiempo y estoy contento porque lo hice frente a los ataques de Massa y de Raikkonen. Fue un trabajo duro en unas condiciones de calor asfixiantes en el cockpit. He adquirido experiencia para correr en estas condiciones y estaré mejor preparado en el futuro. Estoy convencido de que este año voy a ganar una carrera", concluyó. Y su frase sonó más como una amenaza hacia Fernando Alonso, su compañero de equipo, que hacia sus dos rivales de Ferrari, Massa y Raikkonen. Las armas están en alto. Y los frentes se van ampliando para todos.

Alonso, exultante encima de su McLaren tras el triunfo.
Alonso, exultante encima de su McLaren tras el triunfo.EFE

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_