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Reportaje:EVA LONGORIA | Actriz

"Mujeres desesperadas' ha roto tabúes y superado estereotipos"

"La tercera temporada empieza con un orgasmo", explica con una sonrisa pícara la actriz Eva Longoria, que interpreta a la adúltera Gabrielle en la serie Mujeres desesperadas. Poco más se le puede arrancar sobre los nuevos capítulos, que se estrenarán en La 2 en horario de prime time el día 25 de este mes. Cada miércoles se programarán dos episodios inéditos, excepto al final de la temporada, cuando se recuperarán algunos de entregas anteriores. Con su mutismo sobre la trama, Longoria quiere evitar lo sucedido en la promoción estadounidense. Por entonces se le fue la lengua y -para disgusto de los productores- desveló demasiadas cosas. La hora de emisión todavía no está cerrada, porque Mujeres desesperadas será uno de los emblemas de la remodelación de la segunda cadena de TVE, unos cambios que obligarán a avanzar el prime time para atraer a un público joven.

"Sólo hay un país con más tipos de censura que Estados Unidos en todo el mundo, China"

Como preludio a las nuevas desventuras de las protagonistas de la serie, la cadena emitirá el día 18 de este mes un especial de 120 minutos con dos reportajes, producidos por Disney, y entrevistas realizadas en Los Ángeles. En su gira promocional, Longoria y su séquito recalaron ayer en uno de los lujosos apartamentos del hotel Arts de Barcelona. El tiempo concedido a los periodistas era escasísimo: apenas 10 minutos. Ni diva, ni lejana: la actriz derrocha simpatía y reconoce que está encantada de meterse en la piel de Gabrielle, aunque intérprete y personaje no tienen nada que ver. "En mi vida no hay tanto dramatismo. Al principio de la serie, Gabrielle era un personaje egoísta y materialista, pero va evolucionando. Somos muy distintas. Por eso no temo que me encasillen en papeles como éste", apunta Longoria. En la anterior remesa, Gabrielle engañaba a su corrupto marido, Carlos, con un jardinero bastante jovencito. Ahora todo es posible. "Los nuevos capítulos son muy emotivos y divertidos. La separación entre Gabrielle y Carlos no es una ruptura definitiva, porque mantienen una interesante relación de amor-odio", dice la actriz, que quiere mantenerse en la serie hasta el final. Así, su presencia está asegurada en la cuarta temporada, que se empezará a rodar en breve; si bien se le van acumulando los proyectos cinematográficos y estaría encantada de protagonizar una comedia romántica junto con Jim Carrey o ponerse a las órdenes de Robert Rodríguez o Quentin Tarantino. Tampoco le haría ascos a trabajar con Pedro Almodóvar en una película que contara en su reparto con Penélope Cruz y Antonio Banderas.

Pero de lo último tiene pocas esperanzas, porque se encontró en Cannes con el director manchego y Almodóvar lamentó que Longoria no hablara castellano, pese a sus orígenes latinos.

Aunque diferentes, se nota el cariño que la actriz le tiene a su personaje. Hacer de Susan, la divorciada que no puede superar el abandono de su marido, le parecería aburrido. "Mujeres desesperadas ha servido para romper muchos tabúes sobre las mujeres que rondan los 40 años y a las que no se solía hacer mucho caso en la televisión. Además, interpreto a una latina multimillonaria. Eso no es muy habitual. Desmonta estereotipos", afirma orgullosa.

¿Cómo afecta a la serie el puritanismo de parte de la sociedad estadounidense, la misma que se escandaliza por un pecho al aire de Janet Jackson? "Las mujeres de esta serie son muy descaradas. No se muerden la lengua. Me ha sorprendido la reacción del público, porque sólo hay un país con más tipos de censura que Estados Unidos en todo el mundo, China. Los guionistas tratan sobre el suicidio y retratan escándalos diversos sin que se produzca rechazo del telespectador. Creo que se ha subestimado a la audiencia durante mucho tiempo, pero ahora vivimos una época dorada de las series televisivas".

La actriz Eva Longoria.
La actriz Eva Longoria.EFE

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