Ferrol y Viveiro, polos de atracción

"Con una climatología adversa, o con imagen de adversa, la temporada baja en Galicia es dura, pero en primavera todo el mundo asume que lo mismo puede darse sol que lluvia, y por tanto es un destino ideal", considera el director general de Turismo, Rubén Lois. La previsión para Semana Santa es que la ocupación hotelera rondará el 80% y se espera alcanzar las 300.000 pernoctas en establecimientos turísticos.

"En Ferrol, o más bien en todo Ferrolterra, porque no llegan las plazas que oferta la ciudad, la ocupación estos días es del ciento por ciento". Semana Santa es la auténtica semana grande ferrolana. Gentes de fuera de Galicia, atraídas por una fiesta declarada de Interés Turístico Nacional, o gallegos que quieren asistir a unos ritos de la misma entidad que los de otras zonas llenan las calles y componen las multitudes que contemplan los tronos.

En Viveiro, la Semana Santa compite incluso con la temporada veraniega. "Es lo que mejor funciona, aunque, claro, en conjunto en verano hay más visitantes. Esta semana pasarán unas 5.000 personas por la oficina", calcula María San Isidro, responsable de la Oficina Municipal de Turismo del ayuntamiento lucense.

"Preguntan de todo, desde los horarios de las procesiones hasta los restaurantes más interesantes... y se llevan el periódico". Porque aquí, entre la oficina y el Ayuntamiento editan Qué hacer en Viveiro? una publicación de 16 páginas y tirada de 5.500 ejemplares que sale en enero, julio, agosto y también en Semana Santa.

Los focos de atracción no sólo son Ferrol y Viveiro. En Fisterra escenifican varios días y en distintos lugares momentos de la Pasión de Cristo. En el escarpado santuario de As Ermidas, en la comarca de Valdeorras, miles de personas recorren un Vía Crucis de un par de kilómetros por caminos de montaña.

Allí el domingo de Resurrección, para que la fiesta cristiana sea completa, se hace explotar a Xudas, un muñeco símbolo del pecado.