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Crónica:Fútbol | 28ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

La Real se afilia a un sueño

Un gol de Ansotegi desequilibra un partido muy parco ante el Levante

Cuando la Real tocó fondo, cuando se vio en el infierno, con la gente reclamando un plan B (es decir, la preparación de la próxima temporada en Segunda División) y exigiendo, en algunos círculos, la dimisión del Consejo de Administración, el equipo decidió que tenía derecho a soñar. Bien, estaba hundida, jugaba poquito y con cuidado, pero iba sumando puntos y en la medida que los demás fallaban o no arreaban le iban dando vitaminas a un enfermo con mala pinta.

El Levante tampoco le despertó. La sensación del equipo valenciano es que puede hacer cualquier cosa, pero jamás se sabe lo que puede hacer. En Anoeta no dio pinta de equipo, sino de suma de individualidades, eso sí, jugadores de segundo nivel que se muestran tanto que se les ve lo malo (sobre todo) y lo bueno. De lo primero hubo mucho, N' Diaye, Kapo, Riga (que fue expulsado), Salva (atormentado). Y de lo segundo, apenas Courtois y, sobre todo, Tomassi, resumían lo que debía ser el Levante y no fue.

REAL SOCIEDAD 1 - LEVANTE 0

Real Sociedad: Bravo; Gerardo (Mikel González, m. 83), Ansotegi, Víctor López, Garrido (Rekarte, m. 62); Xabi Prieto, Garitano, Rivas, Savio; Díaz de Cerio (Herrera, m. 67) y Kovacevic. No utilizados: Riesgo, Novo, Aranburu, Mikel Alonso.

Levante: Molina; Descarga (Reggi, m. 75), Dehú, Alexis, Courtois (Harte, m. 86); Berson (Zé María, m. 56), N'Diaye; Riga, Tomassi, Kapo; y Salva. No utilizados: Cavallero, Manolo, Álvaro y Camacho.

Gol: 1-0. M. 37. Libre indirecto que efectúa Savio desde la derecha y peina Ansotegi.

Árbitro: Fernández Borbalán. Expulsó a Riga por doble amonestación (m. 52) y al técnico del Levante, Abel (m. 82). Mostró tarjetas amarillas a Savio, Courtois, Kapo y Xabi Prieto.

Unos 24.000 espectadores en Anoeta.

La Real no admite demasiadas sorpresas: defiende justito, justito, se apaña a lo sumo, y ataca a oleadas. Ayer, para colmo, tuvo en el campo a Xabi Prieto, su jugador franquicia, pero sólo fue eso, lo tuvo en el campo y punto. A cambio, tragó kilómetros Díaz de Cerio, el acompañante de Kovacevic, y rebuscó en todas las zonas del campo Savio con el resto tocando a rebato, con especial mención a Gerardo, un veterano que amargó la existencia al marfileño Kapo, con más fama que obras.

Aún así, el partido no cotizaba en el mercado futbolístico. Era importantísimo para los dos equipos, pero no pasará a la historia. Apenas jugaditas, amenazas muy previsibles, tontunas en el centro del campo, hostilidades sólo rotas por la habilidad de Tomassi (quizás el único jugador de relumbrón en el campo) para llegar desde atrás y complicar la vida a la defensa. Falló dos el italiano, y Ansotegi en una peinada a falta de Savio, engañó a Molina y clavó el balón en la red.

Fue algo inesperado, anecdótico, pero importante, una jugada aislada, bien ejecutada tanto por el asador como por el ejecutor. Y luego Riga se autoexpulsa, y deja a su equipo con 10 y curiosamente es cuando peor juega la Real y cuando mejor lo hace el Levante. La verdad es que Riga le hizo sitio al equipo: su aportación había sido nula. Lo malo para el equipo de Abel es que inmediatamente después a recibir el mazazo de la inferioridad numérica Kapo perdonó un gol imperdonable ante Bravo.

Y el partido seguía y seguía, con la Real asustada y el Levante embravecido. Y había cambios y cambios, y tarjetas. Y parecía que la Real tenía 10 y el Levante 12. Es decir, atacaba el Levante, una tras otra, con más desorden que acierto. Y llegó el minuto 88 cuando Salva controló ¿con la mano?, ¿con el pecho? y su dejada la envió a la red Tomassi, pero el árbitro decidió que había sido con la mano y anuló el gol del mejor jugador sobre el campo. Así es el fútbol.

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