Betis y Villarreal empatan a todo

Ser Luis Fernández es un trabajo a tiempo completo. No se puede perder un segundo sin aplicarse en el gesto, hay que darle a cada micrófono y a cada pluma su libra de carne de titular y se afronta cada partido con una alineación para epatar a la grada. Y lo que tienen las cosas despistantes es que despistan, tras y como se demostró apenas un minuto después del saque inicial. Miguel Ángel, que no debía de tener muy claro a esas alturas que ayer jugaba de lateral, dejó todo el espacio que necesitaba Forlán para pedir la pelota, adelantársela, correrla y clavarla en la red.

Para fortuna del Betis, el centro de la defensa del Villarreal se aturullaba con cada balón cruzado que caía por su zona. Así, una jugada predecible y hasta parsimoniosa en su ejecución, acabó con un centro cómodo de Romero y un cabezazo en solitario de Fernando a la red. Las carencias de ambas defensas y ambos guardametas le robaron protagonismo y trascendencia al resto del juego. Pero los equipos no daban para más, hasta el punto de que en la reanudación de la segunda mitad revivieron de manera casi idéntica sus gozos y miserias de la primera. Forlán marcó casi al comenzar. Y lo mismo pasó en los terceros goles de unos y otros.

Total, que a lo que empataron ayer ambos equipos fue a fallos, aunque el que mejor parado saliera fuera el Betis, que salvó un punto que parecía más que perdido.