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Reportaje:

El voto de los emigrantes, bajo sospecha

La proximidad de las municipales aviva la polémica sobre los métodos para captar electores fuera

La enconada pugna por las alcaldías gallegas en los comicios de mayo ha llevado a los agentes electorales de la emigración a diversificar su negocio. En Buenos Aires desde hace semanas uno de ellos aprovecha su visita a la comunidad gallega para pedir el voto al PSOE en un ayuntamiento coruñes y de paso explicar el programa del PP en el municipio de al lado.

Un agente electoral en Buenos Aires pide votos para PSdeG y PP en dos ayuntamientos distintos
Un 'corto' muestra cómo una mujer entrega a un taxista el voto de su marido fallecido

Que se sepa, no hay antecedentes de otros agentes dobles en precampaña, pero el episodio es un buen ejemplo del relativismo moral que acompaña al voto emigrante que no es ni libre, ni secreto ni directo. Como sucedió en junio de 2005 cuando todo el país tuvo que esperar siete días a computar los sufragios del otro lado del Atlántico, en vísperas de otra elección los partidos vuelven a desconfiar del sistema electoral en la Galicia exterior.

El correo electrónico que un candidato socialista en Vila de Cruces envió a Argentina pidiendo presupuesto para contratar a un conseguidor ofreciendo fijo más comisión por cada papeleta recaudada, desencadenó la tormenta política, y desde la semana pasada, PP, PSdeG y Bloque rivalizan en denuncias sobre las prácticas para captar votos en la diáspora y los viajes institucionales al exterior.

Con el presidente de la Xunta recién aterrizado en Santiago de su visita a tierras brasileñas, otros tres conselleiros -dos del PSdeG y uno del Bloque- continúan de gira por Uruguay, y son legión los alcaldes de todas las formaciones políticas que han viajado o se disponen a hacerlo a Latinoamérica, donde se concentra el mayor número de residentes ausentes. El de Catoira, Alberto García (PSdeG), no duda de que su estancia de quince días en Buenos Aires fue institucional y alega que en ese tiempo aprovechó para explicar los últimos convenios firmados por los gobiernos español y argentino. "También asistí a comidas pero es algo que hago por estas fechas desde el corralito, el año pasado incluso traje a concejales del BNG y del PP para que conocieran a la gente". Preguntado por qué este año el resto de portavoces municipales no lo acompañaron, responde: "No voy a cargar a cuestas con ellos siempre".

La alcaldesa de Bande, Ana Belén Vázquez (PP), amenaza por teléfono con presentar una querella cuando el periodista le pregunta si su viaje a Buenos Aires fue institucional y si se financió con fondos públicos. "He ido a Buenos Aires como voy todos los años y el billete me lo pagué yo, quien diga otra cosa deberá sostenerlo en los tribunales". Su compañero de partido en Salceda, José Manuel Fernández, también es de los que asiste cada marzo a la emigración. "Acudí al centro gallego de Silleda-Tui, vi al grupo de baile, comí con gentes y sí, pedí el apoyo para las municipales". Cuando se le recuerda que la campaña aún no ha empezado, rectifica: "Realmente lo que dije fue que les pediría el voto cuando se acercasen las elecciones".

Sobre esas comidas -en las que Fraga llegó a reunir a 13.000 personas- estructuró el Partido Popular sus campañas electorales fuera de España. La fórmula consistía en invitar a los emigrantes (generalmente a pulpo y empanada) y de forma más o menos sutil pedir el voto. El presidente de la Diputación de Pontevedra cambió el menú en su última estancia en Montevideo. Ofreció sardinas a las 800 personas que antes habían dejado su firma y pasaporte en manos del PP. La fotocopiadora anexa al comedor trabajó a destajo para obtener toda la documentación necesaria para tramitar el voto rogado. Con esos papeles, el partido está en disposición de pedir a la Junta electoral que envíe el certificado censal a la dirección que considere oportuna. Cuando se reciba esa documentación, bastaría con que alguien -Correos no exige que sea el titular del voto- entregue los sobres para que el sufragio sea legal.

El diputado José Manuel Castelao Bragaña, fue el secretario electoral del PP en Buenos Aires durante los últimos veinte años. Niega que su partido haya suplantado identidades para sumar papeletas, aunque admite que la tramitación del certificado se hace para fomentar la participación de unos electores que en la mayoría de los casos ni siquiera han pisado los ayuntamientos en los que votan. La fontanería del PSOE apuesta desde hace años por un sistema distinto.

Conscientes de que la batalla de los centros gallegos la tienen perdida en favor del PP, los socialistas han optado por buscar al otro 80% de los votos. Antes de los comicios de mayo extenderán una red de entre 90 y 120 agentes electorales para recordar casa por casa que se acercan las elecciones. "Cuando los certificados empiezan a llegar", los colaboradores repiten la visita a cada domicilio y si hace falta los acompañan a votar. El trabajo lo realizan militantes socialistas que reciben entre unos 300 y 450 dólares, en función de si utilizan o no su propio vehículo para desplazarse.

El PP también ha recurrido a los conseguidores. Al menos dos de los cobradores del Centro Gallego de Jubilados en Buenos Aires que aglutina a 3.000 mayores han reconocido a este periódido que colaboran con el partido explicando su programa. "No lo hacemos cuando acudimos a cobrar la cuota del centro, lo hacemos en nuestro tiempo libre", explica Beatriz Armesto.

"Una vez que consigues tramitarles la papeleta, es muy difícil que se te escape", reconoce un experto en el voto emigrante. "La gente agradece que te preocupes por ella y que le financies el envío, aunque nunca puedes estar absolutamente seguro de que te hayan votado", sentencia.

Además de concienciar a sus electores sobre la importancia de acudir a las urnas el 27 de mayo los partidos también asumen los tres dólares que cuesta en Argentina solicitar el voto rogado.

No será la única ayuda que recibirán los emigrantes en las próximas semanas. Pese a haber suprimido las cajas de ayuda que el gobierno de Fraga solía enviar a los hogares más necesitados en vísperas de elecciones, el bipartito no se ha resistido a adelantar las ayudas económicas -entre 400 y 700 euros por familia- que se debían entregar en julio, al mes de marzo.

La facilidad para doblegar conciencias en unas elecciones con una importancia relativa al otro lado del charco la ha plasmado Carlos Taboada en un cortometraje titulado Kilombo electoral. En las imágenes se ve a un taxista que en unos cuantos minutos logra convencer a una señora para que le entregue el voto de su marido fallecido.

Como acostumbra a suceder cuando se acercan unas elecciones los tres partidos han vuelto a reclamar esta semana el voto en urna para todos. El diputado nacionalista Iago Tabarés ha recordado que países menos desarrollados y con recursos económicos más limitados como Venezuela o Perú ya han conseguido que sus ciudadanos puedan ejercer Puede ser un remedio para atajar prácticas que la justicia no ha logrado erradicar.

En el Juzgado de Instrucción número 1 de Corcubión reposan desde hace cuatro años las diligencias abiertas para determinar qué partido de Fisterra falsificó las 83 certificaciones censales -todas con el mismo número- que obligó a la Junta Electoral a repetir las elecciones en una mesa con el consiguiente retraso en la constitución de la Diputación de A Coruña. La causa penal continúa interrumpida ante la incapacidad del juez para interrogar a los emigrantes cuyo nombre aparecía en los certificados. Aunque la legislación española ampara la persecución de delitos electorales cometidos en el exterior, la dificultad para practicar las pruebas envuelve el voto emigrante en un limbo jurídico que representa la mejor coartada para los cazadores de votos.

Recuento del voto emigrante en la Audiencia de Pontevedra durante las últimas elecciones autonómicas.
Recuento del voto emigrante en la Audiencia de Pontevedra durante las últimas elecciones autonómicas.EFE

Tres conselleiros del bipartito y varios alcaldes siguen en América

Las diputaciones son, en estos comicios, la piedra angular para los tres partidos. Para el PP, una vez perdido el poder autonómico, es fundamental mantener el control de Lugo, Ourense y Pontevedra. En esta última es donde más difícil se le presenta la reválida de la mayoría absoluta. Su titular, Rafael Louzán, acaba de volver de una gira por Buenos Aires y Montevideo, donde dio mitines del PP en calidad de "presidente del Gobierno provincial".

En su agenda oficial, no hay más viajes previstos. Pero un integrante del Consejo de Residentes Españoles en Brasil asegura que se pusieron en contacto con él para organizar otra visita a Salvador de Bahía en abril de Louzán y varios alcaldes del PP, todos de municipios pertenecientes a los cuatro partidos judiciales de Pontevedra donde la batalla electoral está más reñida.

A Coruña y Pontevedra, al margen de Asturias y Madrid, son las circunscripciones de España con mayor número de personas inscritas en el Censo Electoral de Residentes Ausentes. Y para los socialistas, que gobiernan la Diputación de A Coruña, la capital provincial así como Santiago, el voto emigrante resulta decisivo para sumar apoyos en las municipales, las primeras desde que PSdeG y Bloque gobiernan la Xunta.

Hasta tres conselleiros, dos socialistas (Traballo y Economía) y uno nacionalista (Industria), entre otros altos cargos, protagonizaron en Montevideo esta semana un congreso de emprendedores en el exterior que da pie a una amplia gira, también de alcaldes, que continuará en Argentina.

Ayer seguían visitando los centros gallegos de Uruguay el presidente de la Diputación coruñesa, Salvador Fernández Moreda, y los alcaldes de Santiago, José Sánchez Bugallo, y A Coruña, Javier Losada. Este último, que en estos comicios tiene por reto revalidar la mayoría absoluta que Francisco Vázquez logró, sin periplos por América, cuatro veces, no ha parado de viajar desde noviembre: Montevideo, dos veces Buenos Aires y Suiza. Las visitas del alcalde coruñés vinieron precedidas de polémica por el envío de cartas franqueadas por el Ayuntamiento para actos electorales o incluso para informar a los emigrantes de su supuesta obligación de censarse por A Coruña.

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