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Rock de combate en los escenarios valencianos

Kombat Rock es un colectivo de grupos de rock valencianos que, iluminados por el espíritu guerrillero de The Clash, han sumado esfuerzos para plantar cara a esta "ciudad del escaparate y los grandes eventos, que cada vez excluye más a los barrios y a las gentes que nos movemos en otra dirección que no es la oficial", según su manifiesto. Y esta dirección apunta a un rock encrespado y reivindicativo, surcado por carreteras secundarias que van desde el hardcore al punk o el metal, y por la que circulan a velocidad extrema las ocho bandas que, hasta la fecha, integran el colectivo: Magiclicks, Negramagia, Bomba Lapa, In-Dementia, R.O.J.O., 33 d'Envit, Gora Satán y Buggas. Hoy, a partir de las 21.00, Kombat Rock se presentará en la sala valenciana Repvblicca. Morcillo El Bellaco, toda una institución del rock castellonense, oficiará de padrino.

En una órbita similar gravitan los locales Bakanal. Han tardado una década en encontrar su camino, pero andan ya recogiendo sus frutos: Tot per l'aire es su estreno discográfico, rabioso metal entrelazado con destellos de electrónica o ritmos étnicos, y también el nombre de un festival que se han inventado para estrenar por todo lo alto este trabajo. Así, desde las 18.00, pasarán por el escenario de la sala Jungle (antes NOD) de Ribarroja del Turia (Valencia) los grupos Gàtaca, Kostra Nostra, Arròs Caldós, 121dB, El Corredor Polonès, Horizonte Eléctrico, Esoc, Rapsodes y, claro, los artífices del proyecto. Doce horas ininterrumpidas de rock sin fronteras.

Otras propuestas musicales de interés son las siguientes: hoy, Daniel Bejar en el Casino Antiguo de Castellón (a las 22.30), y el sábado, G.A.S. Drummers en El Loco (22.00) y Octubre en Matisse (23.00). Estos últimos son de Murcia y llevan doce años en activo. Facturan un pop sesentero que, como apuntan desde su compañía discográfica (Rock Indiana), a propósito de su segundo elepé, Cuando todo parecía perdido, fácilmente enganchará a los fans de Los Brincos, Lori Meyers y Cooper. También el canadiense Daniel Bejar emprendió en 1995 su proyecto más conocido, Destroyer. Su música no es fácil de definir, nada entre las aguas del nuevo folk y las del indie rock de toda la vida, acostumbra a ir ligada a calificativos como densa, compleja, y encuentra puntos de conexión con Dylan o el primer Bowie. El propio Bejar, que también milita en The New Pornographers y Swan Lake, definió el sonido de Destroyer como blues europeo. Su último disco se titula Destroyer's rubies. G.A.S. Drummers, por último, son andaluces, tienen cuatro elepés (el último se llama Standards down), desde el hardcore melódico a su actual rock con actitud, variados matices y coartada alternativa.

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