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Crónica:
Crónica
Texto informativo con interpretación

Maratón en la piscina

Mengual ganó la plata en dúo con Tirados, la segunda de las seis medallas a las que aspira

El día que Gemma Mengual conoció la decisión de la Federación Internacional de Natación (FINA) de ampliar de cuatro a siete las finales del Mundial que estos días se disputa en Melbourne (Australia), ese día, la nadadora española decidió también convertirse en maratoniana. A su manera, y en la piscina, pero maratoniana en definitiva. Las siete finales le permitían optar a otras tantas medallas -en la madrugada de ayer, junto a Paola Tirados, logró su segunda plata en el dúo técnico-, una oportunidad histórica de emular a un mito de la natación como Mark Spitz.

Consciente de lo que eso suponía, le comunicó su decisión a la seleccionadora Anna Tarrés, que hizo suyo el reto. "Fue la decisión de una persona que ha llegado a la madurez personal y deportiva", cuenta la seleccionadora. "Me pareció muy profesional y decidí ayudarla en todo lo que pudiera". Eso implicaba movilizar al grupo que habitualmente trabaja con el equipo de sincronizada en el CAR de Sant Cugat, con un objetivo claro: preparar el cuerpo de Mengual para que fuese capaz de resistir la ejecución de 13 coreografías en sólo ocho días. "La gente siempre ve el aspecto estético de la sincronizada, pero detrás hay un enorme trabajo físico", apunta Tarrés.

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Un trabajo físico que en buena parte controla Antonio Aparicio, el segundo entrenador de la selección masculina de waterpolo y asesor habitual de la sincronizada. "Para cualquier otro deportista, el reto de Mengual sería una bestialidad", señala Aparicio. "Pero, como en todo, lo más importante es la cabeza y Gemma estaba preparada para afrontarlo".

Prepararla para que la nadadora barcelonesa fuese capaz de afrontar breves esfuerzos de muy alta intensidad durante muchos días seguidos. "Eso nos obligaba a trabajar sobre todo los momentos de respiración dentro de los ejercicios y los tiempos de recuperación", explica Aparicio, que dedicó buena parte de la preparación a trabajos de fuerza en el agua: en la piscina, Mengual realizaba las rutinas vestida con ropa o con un cinturón de cinco kilos.

Pero, en una competición así, casi más importante que la puesta a punto física es la recuperación. "Además de vigilar, como siempre, la dieta y el sueño, le ofrecemos ayudas ergogénicas en forma de suplementos nutricionales como aminoácidos, vitaminas, minerales y bebidas energéticas", apunta Vicky Pons, jefa del departamento de nutrición del CAR. "Y estamos pendientes de que no se quede hipoglucémica porque no ha comido en cinco horas", añade. "Si en anteriores campeonatos Gemma ya acababa extenuada, con las piernas temblando, imaginen lo que puede suceder ahora", abunda Aparicio. "Para minimizar eso, cuando Gemma acaba un ejercicio ya empieza a recuperarse para el próximo", prosigue; "y para ello, la primera media hora es vital: está dedicada a la ingesta de algún suplemento, bebidas isotónicas, ejercicios de estiramiento y un baño de 10 minutos para activarse".

Siguiendo esta rutina, Mengual y Tirados superaron por primera vez, en un Mundial, a las japonesas (97,167 puntos; las rusas fueron oro con 98,833) y, con 97,500, se proclamaron subcampeonas en el dúo técnico.

Gemma Mengual y Paola Tirados, en un momento de la final.
Gemma Mengual y Paola Tirados, en un momento de la final.EFE

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