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Entrevista:Jaime Lissavetzky | Secretario de Estado y presidente del Consejo Superior de Deportes | Dopaje | Repercusiones de la Operación Puerto

"El Consejo no tapa nada y no tapará a nadie"

Carlos Arribas

"Creo que los árboles tapan el bosque", dice Jaime Lissavetzky (Madrid, 1951), el ministro español de Deportes. El bosque es la tolerancia cero contra el dopaje, el gran lema de su política; los árboles, la Operación Puerto, ahora, tras el archivo dictado por el juez, un viacrucis. "Lo que interesa es que los ciudadanos disfruten de las medallas que ganan nuestros deportistas, lo que no quita para que sigamos trabajando por la tolerancia cero. Pero, entre medias, se nos ha colado la Operación Puerto", dice.

Pregunta. ¿Pero no fue un invento del CSD la Operación Puerto?

Respuesta. El CSD y, por lo tanto, el Gobierno de España, desde mi primera comparecencia en el Congreso, en 2004, habló del concepto de tolerancia cero ante el dopaje. En febrero de 2005, por primera vez en la historia, un Consejo de Ministros trató la lucha contra el dopaje, la prevención de la salud, y se aprobó un plan de 59 puntos. Y ahí nació una ley, ya vigente, aprobada sin ningún voto en contra, con consenso político y social, incluido el acuerdo de las asociaciones de deportistas, que ven que la ley es más respetuosa con sus derechos fundamentales que la anterior. Por ejemplo, en los controles por sorpresa, se limita la franja nocturna, se respeta su derecho a descansar. Y también se busca una mayor protección de datos con una cadena más corta al transmitir la información. Y se creará un sistema arbitral, que mejorará la defensa de los deportistas.

"La Operación Puerto no es el origen de todos los males. Hay una situación convulsa del ciclismo que sus agentes no han sido capaces de estabilizar"
"En todos los temas judiciales hay que ser prudentes. Estamos juzgando un delito contra la salud pública, y habrá elementos para saber si es así"
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P. Pero nadie ha puesto en solfa la ley, en abstracto, sino más bien la actuación del CSD en la Operación Puerto.

R. Es que, de modo paralelo al desarrollo legislativo, han estado trabajando las fuerzas y los cuerpos de seguridad del Estado.

P. ¿Pero trabajando independientemente o espoleados por el CSD, que buscaba, quizás, un éxito mediático?

R. No, no... Paralelamente. Claro que en el plan de lucha contra el dopaje, y también lo dice la Agencia Mundial Antidopaje, se recoge que hay responsabilidades de las autoridades deportivas y otras que se les escapan, que corresponden a los gobiernos, a la policía. Porque estamos hablando de núcleos de traficantes, de mafias poderosas económicamente, en España y todo el mundo. Nunca me canso de recordar que, según la Interpol, en 2005, el tráfico, síntesis, venta y demás de sustancias dopantes movían más de 19.000 millones de dólares, más dinero que las drogas sociales. Y éste es el encuadre del problema.

P. O sea, que la policía o, más en concreto, la Guardia Civil actuó por su cuenta.

R. Antes de la Operación Puerto, en 2005, la Guardia Civil y la policía llevaron a cabo a medias la Operación Mamut con la incautación de 30 millones de dosis de anabolizantes, hormonas del crecimiento y similares, la detención de un centenar de personas, la desarticulación de seis laboratorios clandestinos en las costas españolas... Y, después de la Operación Mamut, en la que el CSD colaboró con sus conocimientos técnicos, surgió la Operación Puerto.

P. ¿Sólo por los indicios con los que contaba la Guardia Civil?

R. Sólo y con el apoyo total del juez instructor, que autorizó escuchas, registros, grabar conversaciones, vídeos, ingreso en prisión con fianza millonaria de determinadas personas y otro tipo de limitaciones de derechos constitucionales que sólo se pueden producir cuando se tiene el convencimiento de que se está investigando un delito. Esto es claro: la actuación de la Guardia Civil tiene el acuerdo y el permiso del juez. Y a partir de ahí se publicita la operación, se incautan bolsas de sangre, medicamentos... Lo que todos sabemos. Esto es la Operación Puerto.

P. Pero, al tiempo, una serie de deportistas, todos ciclistas, se han visto acusados por un lado y sin posibilidad de defensa por otro al no podérseles abrir expedientes administrativos.

R. Los tiempos de la justicia deportiva y la ordinaria no suelen ir parejos. Nos estamos enfrentando a una situación nueva. Me preocupan los ciclistas. Tanto si se han dopado como si no. El limbo jurídico es siempre negativo. Pero también creo que el mundo del ciclismo actúa, más que por objetivos, según los acontecimientos y demasiado a menudo por sobresaltos. Es una patología que hay que corregir. Y creo que ha llegado el momento de que el ciclismo haga una gran sentada. Hay demasiadas convulsiones, enfrentamientos, disparidad de criterios, organizadores contra federativos, federaciones contra la UCI, discrepancias con la AMA... Ésa es una realidad. Y luego está el Código Ético, que los ciclistas piensan que vulnera sus derechos fundamentales.

P. Una situación que, según muchos protagonistas, la Operación Puerto ha agravado.

R. No es la causante de todos los males. No nos engañemos: aquí lo que hay es una situación convulsa del ciclismo que sus agentes no han sido capaces de estabilizar. La Operación Puerto es una actuación de la Guardia Civil.

P. Una operación archivada por el mismo juez que la impulsó. ¿Ha leído su auto? ¿Qué opina?

R. Sí, lo he leído. Pero no opino. ¿Quién soy yo?

P. Pero hay algunos puntos curiosos que no dejan en buen lugar la investigación judicial.

R. Como responsable público, las decisiones de los jueces las respetaré siempre, esté o no de acuerdo con ellas. Pero la fiscalía ha presentado un recurso de reforma y habrá otro de la abogacía del Estado. Y en el de la fiscalía se plantean aspectos en el sentido de que el juez no ha terminado una serie de pruebas y diligencias.

P. ¿Acabará sabiéndose todo?

R. En todos los temas judiciales hay que ser prudentes. Hay que dejar trabajar con independencia a la justicia. Yo confío en la justicia española. Estamos juzgando un delito contra la salud pública y elementos habrá para saber si es así.

P. Pero el asunto se ha enquistado hasta parecer que, si se confirmase el archivo, los ciclistas serían inocentes y el CSD culpable. ¿Cree que se puede caer en esa trampa?

R. El CSD ni ha hablado con el juez ni ha detenido a nadie. Lo que no quita para que me parezca que la Guardia Civil realizó una operación valiente e importante. Y digo con sinceridad que el CSD ha apoyado y apoyará al ciclismo.

P. ¿Seguro?

R. Claro. Óscar Sevilla, por ejemplo, vino a verme porque corría el bulo de que el CSD hacía listas negras. Mentira. Se lo expliqué a Sevilla y enseguida firmó con el Relax, un equipo con el que, por cierto, trabajamos para tener una colaboración en temas de salud, los que más nos interesan, más que los del dopaje. Y lo que impide a los ciclistas fichar por equipos ProTour es el Código Ético, que, evidentemente, no lo ha escrito el CSD. Cuando en 2004 no estaba clara la televisión de la Vuelta, hice gestiones para que TVE la televisara. En años posteriores, con Gregorio Moreno trabajé para la transmisión de las vueltas pequeñas... Hemos incrementado el presupuesto y el ADO a la federación en más de un 30%. Siempre tengo las puertas abiertas.

P. Si se archiva la Operación Puerto, ¿acelerará el CSD los expedientes de sanción?

R. Yo no voy a hacer quinielas. Habrá que ver hasta dónde llegan los recursos sólidos que se presenten. Pero sí que veo que este auto del juez es favorable a las personas a las que había metido en la cárcel y hace unas referencias no demostradas, no comprobadas, hacia los ciclistas, que no eran los imputados y que muchas veces son los únicos paganos de estas situaciones.

P. ¿Pero sólo había ciclistas? ¿No había datos de futbolistas, tenistas...?

R. Lo diré por enésima vez. Cuando el juez levanta el secreto del sumario en junio y se nos remite el informe de la Guardia Civil, sólo he visto nombres de ciclistas. No tengo más datos. Y yo no puedo decir nada más que lo que he visto con mis propios ojos, valga el pleonasmo. Y lo que yo he visto con mis propios ojos es nombres de ciclistas. Si la Guardia Civil, si el juez, si alguien sabe otras cosas, que lo digan. El CSD no tapa nada y no tapará a nadie. En absoluto. Y hemos demostrado coraje suficiente para afrontar lo que sea.

P. Sería paradójico que este caso fuera su tumba, un castigo a la política de tolerancia cero.

R. Son los ciudadanos los que deciden si algo se hace bien o mal y las encuestas que se hacen, como el Eurobarómetro, indican que una de las principales sombras del deporte es el dopaje. Espero que los ciudadanos valoren que España es un país limpio, que las medallas llegan sin dudas.

Jaime Lissavetzky.
Jaime Lissavetzky.ULY MARTÍN

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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