El asesino del hotel Reyes Católicos mata a otro preso dentro de la cárcel
Rivero apuñaló a la víctima con un pincho de fabricación casera
Fernando Alberto Rivero, que cumple 25 años en la cárcel de Aranjuez por el doble crimen del hotel Reyes Católicos (ocurrido en 1998), mató ayer de dos puñaladas dentro del módulo de internos conflictivos a otro preso, Mohammed K., que cumplía 13 años por robo. La víctima se estaba peleando con un tercer reo cuando Fernando Rivero le asestó dos puñaladas, una de ellas directa al corazón, con un pincho casero.
Fuentes de instituciones penitenciarias señalaron que Fernando Alberto Rivero, de 38 años, aprovechó la confusión de la pelea para sacar el pincho casero y apuñalar con él a Mohammed K., de 31 años y de nacionalidad marroquí. "Una de ellas le dio directamente en el corazón", explicaron fuentes de instituciones penitenciarias. Los médicos de la cárcel de Aranjuez intentaron reanimar a Mohammed K., pero cuando llegó la ambulancia del Summa, ya había muerto.
Tras el suceso, Fernando Alberto Rivero, conocido como El Loco, fue trasladado a una celda de aislamiento.
El homicida, considerado un preso muy peligroso, cumple una condena de 25 años por el doble crimen ocurrido el 2 de julio de 1998 en el hotel Reyes Católicos de Madrid. Fue condenado por dos delitos de asesinato consumado, uno de intento de asesinato y otro de robo con intimidación. También tuvo que indemnizar al hotel con 268.631 pesetas.
El presunto móvil del doble asesinato fue un atraco. Los cadáveres de las dos víctimas fueron hallados maniatados con cinta aislante y trapos y con varias heridas de bala y algunos cortes. Rivero irrumpió en el hotel Reyes Católicos, en la calle del Ángel (Centro), armado con una escopeta. Tras él entró una pareja, que pidió una habitación al recepcionista, Rubén Darío Vallina, de 20 años. El homicida maniató al pie de la escalera y amordazó al recepcionista y al hombre que acababa de pedir la habitación, Juan Ignacio Arranz, de 37 años. Después disparó contra ellos. Antes de disparar contra el recepcionista, le espetó: "Tú ya estás muerto". Ciego de cocaína, le amordazó, maniató degolló y tiroteó.
Margarita V., la acompañante de Juan Ignacio, también fue degollada, pero pudo salvar su vida gracias a que el criminal la dio por muerta. La víctima testificó en el juicio que simuló estar muerta y que cuando el atracador se fue del hotel, tomó un taxi e ingresó por su propio pie en el hospital Clínico.
Cuando iba a ser amordazada con cinta aislante, Margarita pidió a Rivero con tranquilidad: "Por favor, tenga cuidado, que tengo asma". "Tranquila, dentro de poco ya no tendrás que preo-cuparte por el asma", le contestó el asesino.
Detenido en Castilblanco
Margarita y su pareja Juan Ignacio habían acudido a pasar la noche al hotel, un establecimiento de tres estrellas. Aunque la pareja no opuso resistencia, Rivero decidió acabar con ellos. Huyó sin botín. El acusado fue detenido tres días después del doble crimen, en la localidad pacense de Castilblanco, adonde había acudido con su novia para visitar a los padres de ésta. El hombre se resistió a la detención.
El 13 de enero de 1999, Rivero se fugó de la Audiencia Provincial de Guadalajara, donde había ido a prestar declaración por otros delitos.
Fernando Alberto Rivero es natural de Langreo (Asturias) y antes de entrar en prisión vivía en la calle de Amor de Dios, de Alcalá de Henares, junto a su novia Olivia, una joven extremeña. Tiene antecedentes por atracos, robos con fuerza, falsificación de documentos, lesiones y atentado a la autoridad. Además, el autor del doble crimen del hotel Reyes Católicos frecuentaba cuando estaba en libertad el poblado chabolista de La Rosilla, adonde acudía con frecuencia a comprar cocaína.
El homicida estudió en la Universidad Laboral de Alcalá de Henares y llegó a superar unas oposiciones de celador para el hospital del municipio. También ha tenido trabajos como profesor de artes marciales en un gimnasio y como portero en varios locales de copas. Es moreno, de complexión normal y mide 1,70 de estatura.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.