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Reportaje:Fútbol | 26ª jornada de Liga: un gran clásico

"Debemos ser valientes"

Los jugadores del Madrid quieren seguir el ejemplo del duelo con el Barça para luchar por el campeonato

Diego Torres

"Este partido lo hemos jugado como queríamos todos". La declaración de Casillas tras el empate con el Barça incorporan una clave para comprender la evolución del Madrid en la última semana. El portero, que salvó a su equipo de la goleada parando disparos de Eto'o y Ronaldinho, dejó entrever una verdad. Le preguntaron si el planteamiento había sido iniciativa de los jugadores o de Fabio Capello. Al decir "todos", incluyó a los futbolistas, muy contrariados por la contumacia del técnico en partidos clave, como el de Múnich, donde decidió jugarse la eliminatoria con un medio campo inclinado a defender, pero incapaz de tener el balón o asistir a los atacantes.

"Este partido nos lo hemos currado los españoles", dijo un jugador del Madrid en el aeropuerto de El Prat. "Los españoles" incluye a los brasileños, a los argentinos y al italiano (Cassano), que juegan, según su criterio, por oposición a las tendencias conservadoras de Capello. Por primera vez en mucho tiempo, la línea de cuatro estuvo compuesta por nacionales: Salgado, Helguera, Ramos y Torres. Si se añaden Casillas, Guti y Raúl, el eje del Madrid fue una mezcla de la vieja guardia y la cantera que dio al esquema un toque menos afectado que otras veces. La intención de tener el balón fue una consecuencia natural. Una reacción contra la idea de Capello de actuar bajo los cánones que imponen Emerson y Cannavaro.

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El Madrid no ganó el partido. Pero los jugadores se fueron conformes. Orgullosos de haber jugado a su manera. De algún modo, el viejo plan de Capello quedó enterrado. El Madrid, tarde o temprano, acabaría jugando como siempre jugó. Tal vez por eso el italiano estaba tan malhumorado. Las cosas no le salieron como esperaba cuando se hizo cargo del equipo. Se había tomado el partido como una revancha personal. Pero el empate le impidió conseguir los tres puntos y, sobre todo, un argumento para presentarse como un entrenador merecedor de reverencia ante una hinchada que le mira con desconfianza. El hombre no estaba tan satisfecho de lo sucedido como sus futbolistas. Se le veía frustrado.

Hasta el pobre Diarra, que desde que dejó el Lyon no pudo ser feliz con una pelota, se reencontró con satisfacciones olvidadas. "¡Por fin hemos jugado bien al fútbol!", decía el chico de Malí, que debió jugar infiltrado porque había sufrido un golpe en el partido con el Bayern y le dolía una rodilla. Diarra abandonó Barcelona igual de conforme con la táctica de su equipo que el resto de la plantilla.

Míchel Salgado es uno de los más veteranos. También es uno de esos jugadores que se han educado en una escuela distinta a la de Capello. El lateral hizo un análisis del partido que lo llevó al optimismo: "Es verdad que el Barça dejó espacios, pero hasta que expulsaron a Oleguer nos atacó en superioridad. Atrás tuvimos que controlar situaciones de uno contra uno y hasta de dos para uno. Aun así, fuimos capaces de defendernos bien. Le plantamos cara al Barça y fuimos valientes para atacarlo. A partir de ahora, debemos ser valientes. Y ganar en el Bernabéu. Porque, si no le ganamos al Nàstic, esto no habrá servido realmente para nada".

Los jugadores del Madrid regresaron con una esperanza humilde de poder ganar la Liga. Al fin y al cabo, si Capello se comporta como el pragmático que es y comprende que no puede apoyarse en futbolistas inadaptados, todo puede pasar. Cuando habla de valentía, Salgado se refiere a eso. A jugar con Guti, a contar con el desborde de Robinho y a no prescindir de Cassano por más problemas disciplinarios que presente. Como dice un observador del vestuario: "Aquí los futbolistas con más talento que hay son Guti, Cassano y Robinho". En Múnich, en el partido más importante de la temporada, Capello los dejó en el banquillo. Sentados uno junto a otro. Si les da cierto protagonismo, piensan sus compañeros, el Madrid dará guerra.

Ronaldinho forcejea con Sergio Ramos en el partido del sábado en el Camp Nou.
Ronaldinho forcejea con Sergio Ramos en el partido del sábado en el Camp Nou.ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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