El alcalde de Vic, de Unió, exige a Convergència manos libres para confeccionar la lista municipal

La candidatura de Convergència i Unió Vic para las elecciones municipales está tensando la cuerda entre los dos socios de la coalición en lo que parece más una partida de ajedrez entre rivales que la confección de una lista entre socios que han gobernado la ciudad desde la restauración de la democracia. La controversia gira en torno al actual alcalde, el democristiano Jacint Codina. Pese a haber mostrado en reiteradas ocasiones su intención de no seguir -nunca de forma oficial-, Codina podría repetir por cuarta vez como cabeza de cartel, pero algunos de los nombres propuestos por CDC no son de su agrado y exige manos libres en la confección de la lista. Convergència se niega a ceder en este punto y el alcalde ha amenazado con renunciar.

Unió ha cerrado filas alrededor de Codina y ayer hizo público un comunicado en el que pide formalmente a Convergència "un último esfuerzo de flexibilización de su postura". El presidente comarcal de Convergència, Josep M. Matas, ha declinado hacer comentarios acerca del comunicado de sus socios, aunque destacó la voluntad de acuerdo de su partido, pero no la de ser los únicos a renunciar en la negociación y asegura que mientras Unió aprovecha el tiempo de descuento para formar la lista ellos tienen el trabajo listo desde hace medio año.

La asamblea y la ejecutiva locales de UDC consideran a Codina el candidato de CiU con más solidez electoral y la mejor garantía de continuidad, pero respaldan su decisión de retirar la candidatura si CDC no acepta la contrapropuesta de lista que ha puesto sobre la mesa, con los cambios que exige. Si finalmente Codina renunciara, se abriría la incógnita de quién designaría Unió para el número uno. La alternativa, el ex consejero de Medio Ambiente y diputado Ramon Espadaler, parece haber sido descartada. Una posible tercera opción, la del doctor Josep Arimany, ex director del Instituto de Medicina Legal de Cataluña, habría levantado recelos en la misma sección local de Unió. En las últimas horas, él mismo se ha mostrado decepcionado por el cariz que han tomado las cosas y, sin esconder que le gustaría trabajar por la ciudad, reconoce haberse enfriado.