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Fútbol | Liga de Campeones: vuelta de los octavos de final

Tangana y puñetazo de Navarro a Burdisso

Juan Morenilla

Eliminado el Inter y consumada la venganza valencianista, el partido se cerró con una batalla campal en el centro del campo entre jugadores de los dos equipos. La tangana comenzó cuando Burdisso, enfurecido, se encaró con Marchena e intentó agredirle. Varios futbolistas de Valencia y el Inter se sumaron al choque mientras otros compañeros de Burdisso intentaban detener al defensa. No fue posible. Fuera de sí, el lateral seguía dando golpes al aire. Por allí acudió David Navarro, que saltó del banquillo. Se suponía que para poner un poco de paz entre tanto exaltado. Pero no. El central propinó un fuerte puñetazo en la nariz a Burdisso, que le provocó una hemorragia, y entonces la reacción de los italianos fue aún más dura. Cruz lanzó una patada a Navarro, que corrió hacia el túnel de vestuarios seguido por cuatro interistas.

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Refugiado Navarro en el vestuario, los golpes siguieron entre jugadores de uno y otro equipo. Toldo se encaró con Curro Torres, Zanetti buscó a Marchena y Moretti trató de mediar entre sus compañeros y sus compatriotas. No hubo manera. Un empleado del Valencia recibió un golpe en la cara y la seguridad privada del club y la policía taponaron el acceso a los vestuarios.

"La actitud de los italianos ha sido lamentable", se quejó Albiol. "Burdisso ha venido a por mí claramente cuando acabó el partido. Venía a pegarnos", explicó Marchena. Minutos después, Moretti y Morientes gesticulaban sobre el césped como si fueran un par de boxeadores recordando, todavía incrédulos, la trifulca. Fue el punto final a un partido taquicárdico y jugado a mil revoluciones en Mestalla. Baraja cayó víctima de la durísima batalla del centro del campo y muchos otros valencianistas acabaron con el cuerpo lleno de golpes de los jugadores del Inter. Sobre todo Albiol, machacado por el gigantón Ibrahimovic. Enfurecido, Quique saltó del banquillo para exigir al cuarto árbitro un castigo a tanta dureza: primero un codazo de Stankovic a Villa, luego un empujón de Crespo a Ayala, más tarde una plancha de Dacourt a Moretti y entre medias el marcaje entre Ibrahimovic y Albiol.

A un paso del banderín de córner, el sueco sacó del campo con violencia al liviano central, que vio las estrellas tras golpearse la muñeca izquierda, rota. Fuera de sí, Cañizares se encaró al delantero y le insultó ante el árbitro, que amonestó a ambos. El Valencia respondió con la misma moneda y Angulo embistió a Burdisso. Fue curiosamente Materazzi, el menos angelical de los interistas, el que recriminó al interior un codazo. El no va más: Materazzi, dando lecciones de juego limpio. Tanta tensión acabó en violencia.

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Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

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