Perasovic deja los banquillos

Los casi 10.000 espectadores presentes ayer en el Buesa Arena festejaron con pena la holgada victoria sobre Unicaja (85-56). Velimir Perasovic y el TAU Cerámica acordaron conjuntamente la "suspensión temporal" del contrato del técnico croata. Aquejado de una angina de pecho a mediados de febrero -el episodio fue un caso de estrés extremo, según los galenos que le examinaron durante unos días de reposo en Split-, Perasovic seguirá un "periodo de descanso necesario para su total restablecimiento". Así decía el comunicado firmado por Josean Querejeta, presidente del club, y el preparador balcánico.

Perasovic, de 42 años, gran consumidor de café, adicto a las bebidas de cola, sufrió una crisis cardíaca mientras ultimaba el enfrentamiento de la Euroliga con el Maccabi. De repente, empezó a sentir fuertes dolores en el pecho. Terminó ingresado en el hospital de Txagorritxi, donde, en principio, le diagnosticaron una angina de pecho. "Quizás en un futuro podamos tener otro tipo de relación; lo que esté en mi mano para ayudarle, con el cariño que le tengo, yo lo voy a hacer", asumió Querejeta.

En este tiempo, el entrenador del TAU ha sido el segundo de Perasovic, Natxo Lezkano -antes lo había sido de Dusko Ivanovic-, que ha conseguido cinco triunfos y una derrota en los seis partidos que ha dirigido al cuadro vitoriano. "Según cómo se vayan planteando las cosas tomaremos decisiones", explicó Querejeta, que ve "muy difícil, por no decir imposible" que vuelva a entrenar al club. "Por eso vamos a dar confianza a Natxo Lezkano, porque lo está haciendo muy bien", zanjó el mandatario de la escuadra vitoriana.

Querejeta también envió un mensaje de calma a Perasovic: "Tiene que plantearse con calma y sin tensión su futuro". En el recuerdo quedan los casos de Jock Stein y Pulpa Echamendi, que murieron de sendos ataques cardiacos cuando dirigían partidos. Lo mismo que Ignacio Pinedo, que sufrió un infarto con 66 años, en la final de la Copa Korac del Madrid con el Cantú, en 1991.