Como un campeonato de España
Higuero, Casado y Gallardo se clasifican para la final de 1.500 metros
Qué tres tíos más diferentes entre sí y qué bien se llevan entre ellos. La gente del mil quinientos, los aristócratas del atletismo en España, los más dados, por tradición, al cultivo del ego, ha cambiado. Ahora, hasta se hacen amigos. Y cada uno es un mundo. Los tres que ya estuvieron en la final de Gotemburgo, en verano, repetirán hoy en pista cubierta. Son los favoritos. Se habla en el campo español de copar el podio y todo, entre otras cosas porque el nivel no es exagerado. "Es mucho más duro un campeonato de España que esto", aseguró ayer Gallardo, tercero del último nacional.
Sergio Gallardo, el místico, se toca el diente de tiburón que le cuelga del cuello. Vive en Valladolid y no monta tantas tertulias con los otros dos, pero comparte su amor por el atletismo, por su visión trascendente, cultural, de su deporte. Es un mitómano. Ayer corrió en su serie el ruso Shabunin, leyenda de 37 años, y Gallardo se pasó la carrera tras él -bueno, al final le superó con facilidad- meditando sobre las zapatillas del veterano, las míticas Eldoret, el modelo que antes llevaba él. Gallardo, a quien entrena Juan Carlos Granado, el técnico de Mayte Martínez, es también, de los tres españoles, el que peor final tiene, el que tendrá que inventar algo hoy para superar a sus amigos. Ayer en su serie se conformó con seguir el cambio de ritmo de Higuero, quien hizo de guía.
Sus amigos son Juan Carlos Higuero y Arturo Casado. El día y la noche. Después de entrenarse, Casado camina cansino, toma el ascensor para subir y bajar un piso. Se adormece. Serio. Higuero, en cambio, es pura hiperactividad, incansable, salta, ríe. No para. Uno, Casado, aparenta excesiva madurez para sus 24 años; el otro es como un niño que nunca crecerá, aunque está cerca de cumplir los 29. Pero los dos son inseparables.
"Si hasta le echo de menos cuando estoy de vacaciones con mi novia en Granada", dice Higuero. "Nunca me he llevado mal con él. Nos ayudamos en los entrenamientos aunque cada uno tiene un técnico diferente y vamos al cine juntos". "Lo que pasa es que somos buena gente", dice Casado, quien en su semifinal sólo tuvo que acelerar en los últimos 300 metros para clasificarse. "Tenemos los mismo principios. Desayunamos y comemos juntos. Nos reímos mucho".
Pero la competición es la competición. En el campeonato de España, Higuero le superó a Casado en la última recta, algo que no debe sentar muy bien. "Pero eso luego no lo extrapolamos a la calle", dice Casado. "Sólo competimos en la pista".
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