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Juicio por el mayor atentado en España

Zougam atribuye su detención a una venganza policial por negarse a ser confidente

Jamal Zougam atribuyó ayer su detención en relación con los atentados del 11-M a una "venganza" policial por haberse negado a trabajar como confidente para la Comisaría General de Información de la policía. El hombre considerado clave para desentrañar la matanza aseguró que en 2001 fue tentado en dos ocasiones y por cuerpos diferentes para chivarse de las supuestas actividades de islamistas en el barrio de Lavapiés. Pero, según dijo, no atendió las sugerencias ni del CNI ni de la policía.

Precisó que las ofertas vinieron a raíz de que fuera investigado en 2001 a petición de las autoridades francesas por su supuesta implicación en un compló para atentar contra la Embajada de EE UU en París. Entonces, dijo, fue llevado a la central de la policía en Canillas (Madrid). "Durante el interrogatorio, un agente me propuso trabajar para ellos. Me insistió tanto que le pedí el teléfono y le dije: 'Si me entero de algo te lo digo, pero no voy a trabajar de confidente'. Nunca le llamé", relató. Según su testimonio, el 16 de marzo de 2004, tres días después de ser detenido, le fue a ver el mismo policía. "Vino y me dijo: 'Si hubieras colaborado no te habría pasado esto'. Entendí que mi detención era una venganza", explicó.

El presidente del tribunal trató de saber por qué no había hablado de esto nunca antes, y Zougam respondió que sus abogados no le visitaban al principio y que tuvo miedo de sufrir represalias. "La policía sabe que los testigos que me acusan no son de verdad (...). Todavía no sé por qué estoy en este juicio (...). Debe de ser por venganza o por otra cosa", afirmó.

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