"Ya no vale que el hijo de papá vaya al trabajo cuando quiera"
Preside el consejo de administración de Ecisa, la empresa de estructuras de hormigón que fundó junto a sus hermanos en 1968 en Canarias y que poco después abrió delegación en Alicante. Manuel Peláez (Granada, 1937) ha impulsado una empresa constructora que en la actualidad cuenta con 400 empleados y facturó en 2005 más de 105 millones. Peláez, presidente de la Asociación de la Empresa Familiar en Alicante, habla del reciclaje constante como fórmula de supervivencia empresarial, asegura que los tiempos de los hijos de papá han pasado y se muestra crítico con la falta de suelo industrial en Alicante o con el urbanismo salvaje.
Pregunta. En un congreso de Empresa Familiar pidieron a los políticos menos crispación. No parece que les han escuchado
"Alicante es una maravilla con deficiencias. No acierto a entender por qué no hemos creado más suelo industrial y no llega el AVE"
Respuesta. Juan Roig dijo algo que comparto y es que se rebaje la tensión política porque los dos grandes partidos tienen la obligación social de buscar fórmulas de entendimiento.
P. ¿Cómo les afecta a los empresarios?
R. Nos afecta porque una cosa es la lucha política legítima, de defensa de los principios de cada partido, pero lo que el empresario necesita es un escenario tranquilo para centrarse.
P. ¿Considera en general que las distintas administraciones apoyan suficientemente a la empresa familiar?
R. Sí. Los cambios que se introdujeron en España a partir de 1992 nos beneficiaron; el cambio generacional dejó de ser motivo de cierre, gracias a la reducción fiscal, y en eso PP y PSOE estuvieron juntos.
P. Uno de los tópicos sobre estas empresas familiares es que el abuelo las crea, el padre las mantiene y el nieto las cierra
R. Eso se ha roto. En la empresa familiar no se puede tener a un descendiente que sea un mal ejemplo, debe ser excelente y que cobre el mismo sueldo que los demás. Ya no vale aquello de que el hijo de papá viene aquí cuando quiere y a las 12 se va a jugar al golf. Eso está superado, entre otras cosas porque ha habido una profesionalización de la empresa. El empresario debe procurar que la empresa le sobreviva y que siga en manos de la familia.
P. En los últimos años la crisis de los sectores tradicionales ha dejado en la cuneta a muchas empresas familiares.
R. Hay sectores que por lo que sea pasan momentos de apuro y creo que el empresario debe estar al día de lo que pasa, no sólo en su sector sino en la economía, por dónde van los tiros, cuáles son las directivas europeas para tomar medidas.
P. En Alicante el suelo industrial está agotado y el proyecto de parque científico no acaba de arrancar. ¿Cómo contempla usted esta necesidad?
R. Alicante es una maravilla con deficiencias. No acierto a entender por qué no hemos creado más suelo industrial. No hay razones para mí. El parque industrial de Elche es un ejemplo magnífico. No entiendo por qué no se hace en Alicante. Otra carencia: no se puede consentir que Alicante no tenga un palacio de congresos. Hemos pasado de estar en los primeros lugares en los congresos en los años 70 a estar en el número 34. No hemos tenido mucha suerte ni con la época de Lassaletta como alcalde, ni con la de Luna ni con la de Alperi. Y otra carencia enorme es el tren de alta velocidad. Que venga el AVE va a suponer un desarrollo económico extraordinario, la primera fuerza será la penetración de Madrid tanto en inversión como en presencia turística.
P. Uno de los problemas de la empresa familiar ha sido el acceso a fórmulas de financiación. Ahora las empresas de capital riesgo están entrando...
R. Tradicionalmente el empresario busca fórmulas a veces poco imaginativas de financiación de sus crecimientos porque no quiere poner en riesgo la propiedad de la empresa, y a veces se pierden oportunidades importantes. Lo entiendo y me merece respeto. Ahora hay fórmulas que permiten que las empresas puedan crecer con la entrada del capital riesgo.
P. ¿Qué opinión le merece el urbanismo salvaje?
R. Soy contrario, creo que el urbanismo debe ser apacible, educado y humano. Me cuesta trabajo entender actuaciones tan agresivas como Seseña. En Sant Vicent es difícil pasar de cuatro alturas y eso permite un urbanismo de grandes avenidas y parques. En Alicante, sin embargo, no es lo mismo, no tenemos parques.
P. ¿Qué le parece el Plan Rabassa?
R. Me gustaría que se desarrollara de forma diferente. Nada más, pero prefiero no opinar.
P. ¿Les está perjudicando la corrupción política del urbanismo?
R. Sí, es tremendo, hay que desterrar ese tipo de prácticas que hacen mucho daño a la credibilidad de todos.
P. ¿El problema es la financiación de los partidos?
R. Creo que los partidos deberían tener presupuestos ajustados a sus necesidades, y en todo caso, si los empresarios colaboran, que sea transparente como en Estados Unidos, donde financian una campaña política y lo sabe todo el mundo.
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