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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Una década de revolución

Con 57 obras de más de treinta artistas diferentes, esta antológica intenta recrear el ambiente de renovación que se desplegó en el arte español de la década de los cincuenta, que fue, sin duda, un momento histórico crucial de conexión local con la vanguardia internacional. Aunque la Guerra Civil había terminado en 1939, la situación de extrema penuria y represión de los años posteriores y el inmediato estallido de la Segunda Guerra Mundial, no sólo no crearon un clima propicio para el desarrollo normal de las artes plásticas, sino que, al terminar ésta con la victoria aliada, España se vio, primero, al borde del abismo, y, después, confinada al aislamiento internacional.

En este contexto, aunque hubo entonces algunos síntomas de reanimación artística, fueron pocos, débiles y sin apenas proyección pública. Al filo del inicio de la siguiente década, la de los cincuenta, el establecimiento de la "guerra fría" dio un respiro al régimen franquista, que dejó de estar aislado y, por tanto, vicariamente, la mayor porosidad de sus fronteras permitió que fluyera más información cultural internacional y, en especial, la de carácter artístico, comparativamente menos perseguida por la censura por su naturaleza más críptica y minoritaria.

ARTE ESPAÑOL DE LOS 50 Una década de revolución plástica

Galería Guillermo de Osma Claudio Coello, 4. Madrid

Hasta el 31 de marzo

Esto explica en parte la sú

bita efervescencia que sacudió al mundo artístico local, que, en breve tiempo, asimiló la corriente vanguardista dominante de la abstracción -la del expresionismo abstracto americano, el informalismo europeo y la abstracción normativa-, pero, asimismo, otras alternativas renovadoras. Aunque la casuística que entretejió este radical cambio de orientación del arte español fue mucho más prolija y compleja, el epítome más representativo y perdurable de esta situación fue la fundación del grupo El Paso en el año 1957.

Por todo lo dicho, es lógico que los historiadores del arte que han trabajado sobre lo acaecido en este campo tras la Guerra Civil tomen como punto de inflexión decisivo la década de los cincuenta. Por lo demás, la creciente información que se ha ido consiguiendo sobre este momento, ha permitido comprobar que el panorama creador español de aquellos años no se puede circunscribir sólo al arte abstracto y, aún menos, a su vertiente informalista, por mucho que tuvieran entonces más prestigio e influencia. De esta perspectiva y criterio se ha aprovechado la exposición que da pie a este comentario, porque ha tratado de evocar la rica trama de tendencias simultáneas, así como ha recogido la presencia de muchas figuras individuales que se suelen orillar en este tipo de panoramas. Evidentemente, el resultado no es un inventario, pero la selección de nombres es lo suficientemente generosa y representativa como para que la imaginación del visitante restituya las ausencias. Por lo demás, como suele ser característico en las antológicas históricas de la galería de Guillermo de Osma, no se incurre en el escamoteo de los anacronismos, ni en la reiteración de las obras sobradamente conocidas, con lo que la recreación del periodo es correcta y nos ofrece bastantes novedades y rarezas. De manera que este Arte español de los 50 constituye una cita obligada tanto para el aficionado como para el especialista, algo que casi nunca se puede decir de una exposición que no esté organizada por un museo.

'Composición 846' (1951), de Eric Planasdurá.
'Composición 846' (1951), de Eric Planasdurá.

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