La barba
De entre las expresiones relacionadas con el pronóstico del tiempo, quizá la más neutral sea aquella que dice "cielos parcialmente nubosos con posibilidad de precipitaciones". Hay que tener mucha cabeza para mojarse tan poco. Si uno encontrara una fórmula semejante para moverse por la vida, sería aceptado en todos los colegios profesionales, en todos los partidos políticos, en todos los cenáculos. Y hay gente que lo consigue. Hay personas a las que les preguntan si creen en Dios y responden que cielos parcialmente nubosos con posibilidad de precipitaciones, lo que agrada por igual a todas las confesiones religiosas. Y si se trata de opinar sobre la actualidad, disponemos de un ejército de contribuyentes partidarios de los cielos parcialmente nubosos con posibilidad de precipitaciones.
Hablamos de religión o de política por no hablar de la crítica de arte, de las células madre, o del dinitrotolueno. Pienso en una vida así, en una vida de cielos parcialmente nubosos con posibilidad de precipitaciones, una vida en la que los gustos propios o las ideas personales estuvieran siempre al resguardo del paraguas plegable. Es posible que, pese a la radicalización aparente de la vida política española, en donde de verdad estemos instalados sea en una situación ideológica de cielos parcialmente nubosos con posibilidad de precipitaciones. Tal es lo que señalan ahora mismo las encuestas, donde las diferencias entre los partidos permanecen estables. Algunas tertulias radiofónicas escupen Goma 2 cada mañana, invitando a echarse al monte, pero cuando demoscopia llama a su puerta, los oyentes responden que sí, que bueno, que cielos parcialmente nubosos con posibilidad de precipitaciones.
Este hallazgo verbal es una variante del "Si sale con barba, San José y, si no, la Purísima", por cuyo significado me preguntaba hace poco el hijo de un vecino. Cuando se lo expliqué, le pareció extraño que un escultor confiara en exclusiva la identidad sexual de sus estatuas a la barba, de modo que intentó sonsacarme una información sobre la vida que no me correspondía a mí darle. Dudé unos instantes. Luego, coloqué mi mano sobre su hombro y le dije: Amigo, créeme, cielos parcialmente nubosos con posibilidad de precipitaciones.
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