En el cuerpo de las palabras
Para Elizabeth Bishop (1911-1979)
Plateados bajo el sol los juncos. Un viento frío
los mece, silba el cálamo de los pinos.
De tanto frío, el cielo se hizo más azul. Pájaros se desplomaron
sobre el patio moteado: pecho blanco el trepador, metal
el tordo, el cardenal color sangre.
Hasta hoy en Delaware, Elizabeth, me entero
de tu muerte en Boston hace una semana. ¿Cómo
te fuiste de este mundo sin yo saberlo?
Tu cuerpo se volvió ceniza sin darme cuenta. ¿Por qué no
tembló la tierra o el aire? ¿Nada que estremeciera
nuestros nervios? ¿Cómo puedo creer? ¿Cómo lamentarlo?
Camino la ribera. Erosionada como tierra por el viento.
Chillan las golondrinas de mar. Denso derrumbe del oleaje.
La brisa rasga la orilla de mis ojos. Salinas corrientes hielan
mi cara.
Breve es la vida como pluma en el descenso. O como abierta concha
arrojada a la orilla, enterrada en la arena. ¡Mas la visión
pervive!
Intensa, revivificante, la visión vive en el cuerpo de las
palabras.
Pervive tu visión, Elizabeth, tu palabra,
de boca en boca perpetuada.
Han pasado dos días. El tiempo suficiente, pienso, como para
dejar atrás la muerte. Como si tu muerte no hubiera
ocurrido antes de yo saberlo.
Por un instante retrocedí a la vida de siempre, a cuando
todo estaba bien.
Podría hoy llamar a Boston, decirte: Hola... ¡Ay, no!
El casete del tiempo sólo avanza. No se puede repetir.
La luz ciega aunque el cielo sigue opaco. Camino la ribera.
Sale del oleaje un rojo labrador: juguetón, vigoroso,
jadeante. De momento no me percato que está lisiado.
Le falta la pata derecha. Presagios...
Me pareció ver una liebre en el patio por la mañana.
Era una ardilla de cola mutilada. Distorsiones...
Traducción de Jeannette Lozano.
In the Bodies of Words
For Elizabeth Bishop (1911-1979)
Tips of the reeds silver in sunlight. A cold wind / sways them, it hisses through quills of the pines. / Sky is clearest blue because so cold. Birds drop down / in the dappled yard: white breast of nuthatch, slate / catbird, cardinal the color of blood. // Until today in Delaware, Elizabeth, I didn't know / you died in Boston a week ago. How can it be / you went from the world without my knowing? / Your body turned to ash before I knew. Why was there / no tremor of the ground or air? No lightning flick / between our nerves? How can I believe? How grieve? // I walk the shore. Scraped hard as a floor by wind. / Screams of terns. Smash of heavy waves. Wind rips / the corners of my eyes. Salty streams freeze on my face. / A life is little as a dropped feather. Or split shell / tossed ashore, lost under sand... But vision lives! / Vision, potent, regenerative, lives in bodies of words. / Your vision lives, Elizabeth, your words / from lip to lip perpetuated. // Two days have passed. Enough time, I think, for death / to be over. As if your death were not before my knowing. / For a moment I jump back to when all was well and ordinary. / Today I could phone to Boston, say Hello... Oh, no! / Time's tape runs forward only. There is no replay. // Light hurts. Yet the sky is dull today. I walk the shore. / I meet a red retriever, young, eager, galloping / out of the surf. At first I do not notice his impairment. / His right hind leg is missing. Omens... / I thought I saw a rabbit in the yard this morning. / It was a squirrel, its tail torn off. Distortions...
May Swenson (Logan, Utah, 1913- Nueva York, 1989) es autora de libros de poemas como Another Aminal e Iconographs.
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