Se buscan turistas autóctonos
Ciutat Vella propone a los barceloneses 'viajar' un fin de semana al distrito
Dicen los escépticos que está todo inventado. Es posible, pero aún nos queda el consuelo de redescubrir. Incluso una ciudad tan exhibicionista como Barcelona guarda algunos rincones poco explorados por los propios barceloneses. Fermín Villar, un vecino de La Rambla, llegó a esa certeza y tuvo una idea que entusiasmó al regidor del distrito, Carles Martí: ofrecer a los ciudadanos la posibilidad de ser turistas por un fin de semana en Ciutat Vella.
La oferta, dirigida exclusivamente a los empadronados en Barcelona, resulta casi irresistible. Por 180 euros, un barcelonés y su acompañante -éste último no necesita estar empadronado- tienen a su alcance una noche en un hotel de cuatro o cinco estrellas, una cena y una comida en alguno de los restaurantes más reputados del distrito. Para los menos exigentes hay disponible un paquete de 150 euros que incluye los mismos servicios, aunque en este caso el hotel es de tres estrellas. El lote se completa con entradas gratuitas al monumento a Colón, al Museo de Historia de Cataluña, a un centro de talasoterapia y un itinerario guiado por todos los rincones del distrito.
El coste del lote, 180 euros, supone un 60% de descuento respecto del precio normal
Decenas de hoteles y restaurantes de prestigio se han adherido a la iniciativa
La iniciativa, que ha sido bautizada con el sugerente lema de Viatja a la teva Ciutat Vella, se pondrá en marcha durante el último fin de semana de febrero. Los hoteles ya tienen reservadas 55 habitaciones para dos personas el viernes 23. Y otras 55 habitaciones dobles para el sábado 24. En total, 220 plazas. La veda se abre el 12 de febrero. Los interesados deberán llamar a partir de ese día a la sede del distrito y certificar que están empadronados en Barcelona.
Fermín Villar explicó ayer que la idea se le ocurrió porque "a veces no conocemos el lugar en el que vivimos". "Regento una peletería en el distrito y siempre entran muchos turistas. A veces vienen acompañados de gente de la ciudad que se asombran porque dicen que la tienda es muy guapa. Me di cuenta de que era una situación irónica, porque muchos barceloneses pasean por Ciutat Vella sin prestar atención a lo que ven", añadió.
Se trata, pues, de que los habitantes de Barcelona conozcan de una manera diferente el centro de la ciudad en la que viven. Y para ello es necesario obligarles a pernoctar allí. "Queremos poner en valor el patrimonio artístico y cultural de Ciutat Vella y darlo a conocer a nuestros propios ciudadanos. También queremos poner a su disposición los excelentes restaurantes y hoteles que tenemos en el barrio para que los disfruten no sólo los turistas, sino también los barceloneses", señaló Carles Martí.
Entre los establecimientos hoteleros que se han adherido a la iniciativa, 15 en total, figuran algunos muy representativos de Ciutat Vella, como el Le Meridien, el Casa Camper, el Neri o el Medinaceli. En cuanto a los restaurantes, hay algunos clásicos como el Bar Pinocho y el Bar Universal, en el mercado de la Boqueria, y otros como el Amaya, el Bacco, Casa Leopoldo, El Merendero de la Mari y La Reina del Raval.
Según el presidente del Gremio de Hoteleros de Barcelona, Jordi Clos, el coste normal de los servicios incluidos en Viatja a la teva Ciutat Vella es de unos 300 euros, por lo que, en su conjunto, el paquete supone un descuento del 60%. "Pensamos que es una rebaja muy importante para unos servicios y unas infraestructuras de mucha calidad", afirmó Martí. El regidor anunció que, en caso de que la iniciativa tenga éxito, tendrá continuidad otro fin de semana de agosto y otro de diciembre, aunque las fechas todavía están por determinar.
En los últimos años el Ayuntamiento de Barcelona ha invertido más de 244 millones de euros en Ciutat Vella, una cantidad considerable que se ha destinado a tareas de limpieza, regeneración y mantenimiento de la vía pública. Sin embargo, el distrito sigue siendo más atractivo para turistas, lateros y jóvenes que acuden cada fin de semana en peregrinación atraídos por la multitud de bares y discotecas que se concentran en la emblemática zona.
Por ello, los organizadores de esta iniciativa pusieron de manifiesto su deseo de que el distrito "sea visto al mismo tiempo con ojos de visitante y de barcelonés, para descubrir toda su realidad". Finalmente, Clos manifestó su deseo de que "los ciudadanos pasen un fin de semana divertido y que descubran las singularidades de un barrio de su propia ciudad".
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