_
_
_
_

Vecinos de Albalat se presentan a las elecciones contra un PAI

Sara Velert

El rechazo al urbanismo llega a las urnas. Un grupo de vecinos de Albalat de Tarongers ha decidido crear una agrupación electoral y hacer campaña para entrar en el Ayuntamiento porque "la política municipal necesita un cambio de mirada fundamental" y "de un mandato de utilidad colectiva", según defienden en su propuesta, presentada ayer formalmente en un acto celebrado en la cercana Sagunto. Aunque el resumen del programa de Albalat pel Territori, nombre de la agrupación electoral, no lo menciona específicamente, el malestar en torno a un proyecto urbanístico aprobado por todos los partidos del Consistorio -Bloc, PSPV-PSOE y PP- en diciembre de 2005 ha empujado a los afectados a concurrir a las elecciones del próximo mayo. Transparencia y participación en la gestión local, y un desarrollo territorial "equilibrado" figuran entre sus principales reivindicaciones frente a un gobierno municipal al que acusan de no respetar sus derechos. El Ayuntamiento, por boca del alcalde, Filiberto Prats, niega las acusaciones y defiende que la mayoría de la población es favorable al proyecto.

El PAI Dels Tarongers Golf Resort prevé unas 4.300 viviendas, un campo de golf y hoteles sobre 2,7 millones de metros cuadrados del término en una zona salpicada de casas que están fuera de ordenación y son ilegales. La asociación de afectados calcula que unas 300 familias se verán afectadas por la urbanización y defiende que muchas de las casas se construyeron hace décadas, están consolidadas y pagan el impuesto de bienes inmuebles. Los vecinos contrarios al PAI aseguran que son "los primeros interesados en completar la urbanización". "Pero no a cualquier precio y sin nuestra participación", añaden desde la asociación, que exige al Consistorio que les reciba y les facilite "información y participación en el proyecto". Además, consideran que este PAI es "un proyecto depredador" que multiplicaría por 20 el actual padrón, de 835 personas, aunque en Albalat viven unas 3.000, según el Ayuntamiento.

Pendiente de aprobación

El PAI está pendiente de la aprobación definitiva por parte de la Consejería de Territorio y pasó por el pleno municipal sin el informe preceptivo de la Confederación Hidrográfica del Júcar sobre el suministro de agua. Según el alcalde, el dictamen está en tramitación y el agua la garantizan los pozos de la población. "El proyecto está muy bien hecho, se respeta el medio ambiente y sólo se verán realmente afectadas cinco o seis casas que están en la zona del campo de golf", rebate Prats. "Lo que pasa es que no quieren pagar el coste de la urbanización del PAI, que regularizará todo lo que está fuera de ordenación", añade el alcalde, que se ha opuesto al empadronamiento reciente de varios afectados "porque no viven en el pueblo y ni se han preocupado por él hasta ahora". El alcalde recuerda que el plan ha estado expuesto al público y cuenta con una depuradora, nuevos accesos y zonas verdes. "No será una urbanización masificada, es de baja densidad y no toca para nada la Sierra Escalona", asegura.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Sara Velert
Redactora de Internacional. Trabaja en EL PAÍS desde 1993, donde ha pasado también por la sección de Última Hora y ha cubierto en Valencia la información municipal, de medio ambiente y tribunales. Es licenciada en Geografía e Historia y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS, de cuya escuela ha sido profesora de redacción.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_