La ocupación de suelo para pisos, industria y transporte se ha duplicado desde 1987
Las 23.600 hectáreas urbanizadas se han elevado a más de 47.000, el 6,5% del territorio
Un 6,5% del territorio de Euskadi, unas 47.300 hectáreas, se encuentra ya ocupado por viviendas, industrias, equipamientos e infraestructuras de transporte. Toda esa superficie ha perdido, por tanto, su capacidad de soporte medioambiental. El fenómeno, conocido como "artificialización" del suelo, se ha disparado en las dos últimas décadas, pasando de las 23.607 hectáreas de superficies artificiales registradas en 1987 a las 47.295 de 2005, según un informe elaborado por el servicio de Estudios y Estadística del Departamento de Vivienda y Asuntos Sociales.
La urbanización del territorio significa una grave afección medioambiental y el País Vasco es una de las comunidades donde el porcentaje de terreno colonizado es más elevado.
El suelo supone un recurso vital que desempeña un gran número de funciones clave, tanto medioambientales como económicas y sociales, que son fundamentales para la vida. En la medida en que se va artificializando terreno al construir viviendas, infraestructuras o industrias, pierde la capacidad de soporte vital para muchas de las funciones a él asociadas. El estudio de Vivienda se apoya en uno más amplio realizado por el Instituto Geográfico Nacional, que recoge datos comparativos sobre la situación en todas las comunidades autónomas. Los datos más precisos abarcan desde 1987 a 2000, y a partir de ahí se hace una proyección hasta 2005.
De las 47.295 hectáreas de suelo artificial, el 41% corresponde a infraestructuras de transporte, otro 41% a casas y el 18% restante a actividades económicas. Los cambios producidos en el País Vasco reflejan la importancia del sector industrial en el conjunto de la economía, siendo el principal motor de los cambios con la construcción de numerosos polígonos industriales en diferentes localidades. La gran presión del consumo de suelo para usos residenciales, debido a la construcción de un total de 146.000 viviendas en el periodo 1994-2005, también ha contribuido de forma decisiva.
La pérdida de peso del sector agrícola ha determinado la reducción de su superficie. Las zonas naturales también reducen su extensión.
La expansión de superficies artificiales ha supuesto la reducción, principalmente, de prados y tierras de labor y, en menor medida, de zonas forestales.
Reutilización
Las limitaciones orográficas de Euskadi confinan el desarrollo industrial y la concentración de la población en una franja del litoral y en los valles. El elemento positivo es que existe un elevado grado de reutilización de las zonas urbanas, en lugar de consumir nuevos terrenos. Por ejemplo, cuando una zona industrial pierde su uso original, se aprovecha para construir en ella pisos o un complejo comercial. Es el caso de Zorrozaurre, en Bilbao, que pasará de un uso industrial a residencial, o el del complejo comercial El Boulevard, en Vitoria. El solar sobre el que se levanta estuvo ocupado antes por una factoría de la empresa Sidenor.
El director de Suelo y Urbanismo del departamento, Iñigo Maguregui, advierte de que es insostenible provocar pérdidas de un activo tan irremplazable como el suelo por lo que supone de calidad de vida y biodiversidad. Por ello, apuesta por operaciones de reutilización del suelo, como la de Zorrozaurre: "Hay que reinventarse de forma permanente la ciudad sin recurrir a los ensanches".
Los ecologistas destacan la "barbaridad" que supone la urbanización sin medida de los terrenos. Andrés Illana, del colectivo Ekologista Martxan de Álava, apunta que se ha "desmadrado" la cuestión en los últimos cinco años. "Se construyen urbanizaciones sin que esté garantizada el agua; hay conflicto por el trasvase de agua a la Rioja Alavesa y, cuando la tienen, quieren hacer campos de golf. Este tipo de desarrollo atenta contra la sostenibilidad", indica.
Para Enrique Antolín, de Ekologista Martxan de Vizcaya, el proceso de ocupación de suelo se esta desarrollando básicamente por la progresiva transformación del modelo de ciudad compacta (característico del planeamiento urbanístico hasta los años 90) hacia un modelo de ciudad difusa. "Algunos pueblos agrícolas se convierten en poco tiempo en urbanizaciones extensas de viviendas adosadas", advierte.
El consultor medioambiental Antxon Olabe añade a la urbanización difusa, la proliferación de centros comerciales y polígonos industriales: "Los datos son preocupantes. Euskadi sale bien en comparación con otras zonas como Levante, sometida a una explosión urbanizadora, pero es que en el País Vasco el proceso de artificialización ya había sido muy fuerte hace unos años".
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