Nuevo amo, inquilinos fuera
Toni Casares afirma que la necesidad y la voluntad de crecimiento emergieron hace tiempo entre los responsables de la Sala Beckett, pero que la actual presión inmobiliaria sobre el teatro ha dado mayor celeridad a la iniciativa. Meses atrás, la empresa Núñez y Navarro compró el edificio donde se encuentra la sala, y conminaron a los responsables del teatro, vía burofax, a desocuparlo en julio de 2006. Asistidos por un abogado, éstos, que tienen en su poder un contrato de alquiler indefinido, desoyeron el requerimiento, así como la contraoferta de la inmobiliaria: quedarse cinco años más con un nuevo contrato actualizado según los precios de mercado. La pasada semana hicieron llegar a Núñez y Navarro su propia oferta: plantean quedarse 25 años más, con un pequeño incremento del alquiler, y consignando el derecho a ser indemnizados si abandonan la sala antes de plazo. De momento están esperando respuesta.
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