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Crónica:Fútbol | 20ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Golpe de corazón

El Betis sale del descenso al imponerse al Valencia por actitud y lucha

La vida se puede dibujar con escuadra y cartabón o con garabatos. Y ninguno será el mapa definitivo. Ayer se contrastó un equipo que calcula al milímetro sus riesgos y sus opciones con otro que vive al albur de sus emociones. Y los que ganaron fueron los aficionados al fútbol, que presenciaron un duelo emocionante y acelerado, pasional y disputado. Unos se jugaban la caza del líder y otros quitarse la soga del cuello. Al final, ganó el enorme corazón que describe el garabato.

Quique Flores planteó el encuentro sobre un eje de coordenadas. Luis Fernández ni siquiera necesitó una hoja de papel. El Valencia saltó al terreno de juego sevillano tal y como se supone que tiene que hacerlo el que a priori es superior y juega fuera de casa. Colocó un doble pivote conservador, pero seguro, a la espera del arreón al que estaban obligados, tanto por orgullo como por clasificación, los de casa. Y, en efecto, el Betis salió despendolado hacia la portería visitante. En el primer minuto, Romero se inventó una internada a trancas y barrancas que acabó con un remate fallido por poco de Maldonado. A la siguiente oportunidad, tan sólo dos minutos después, el Valencia respondió con un espléndido cabezazo de Albiol que despejó Doblas con las puntas de sus guantes. Quid pro quo.

BETIS 2 - VALENCIA 1

Betis: Doblas; Melli, Juanito, Rivas, Romero (Fernando Vega, m. 46); Vogel, Assunção (Capi, m. 62); Maldonado, Rivera, Xisco (Sobis, m. 58); y Robert. No utilizados: Contreras; Dani y Fernando.

Valencia: Cañizares; Miguel, Albiol, Ayala, Torres; Angulo (Morientes, m. 65), Albelda (Baraja, m. 70), Marchena, Vicente; Silva (Joaquín, m. 81) y Villa. No utilizados: Butelle; Viana, Navarro y Moretti.

Goles: 0-1. M. 9. Villa culmina una jugada de combinación con Ángulo y Silva que él mismo comenzó al robarle la pelota a Vogel. 1-1. M. 14. Robert aprovecha el rechace tras un tiro de Xisco. 2-1. M. 67. Robert, de penalti.

Árbitro: Turienzo Álvarez. Amonestó a Melli, Assunção, Xisco, Miguel y Albiol.

Unos 40.000 espectadores en el Ruiz de Lopera.

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Humillado Joaquín

El Valencia seguía pétreo en su estrategia de espera hasta que encontró un apresuramiento de los béticos. Villa presionó el saque del balón de Vogel; le quitó la pelota, que, de rebote, le llegó a Angulo, que al primer toque se la dio al centro a Silva, que, de manera automática, puso al hueco por el que penetraba Villa, que, con un toque, batía a Doblas. Gol lógico e inapelable.

El Betis siguió dependiendo de su alma para afrontar el encuentro. Así, llegó una pelota a Xisco. Éste se empeñó en meterse por donde casi todo el mundo le habría negado el consejo. No se sabe cómo, pero consiguió mantener el control de la pelota hasta el punto que se perfiló y disparó a puerta. El chut lo desvió un defensa, pero la pelota le cayó en los pies a Robert, que fusiló a Cañizares. Cada cual había sacado partido a lo suyo.

Aunque el resto de la primera mitad se desarrolló más según el gusto de los verdiblancos que de los visitantes. Así, tan sólo un paradón de Doblas pudo evitar que Vicente marcara a los 20 minutos. El extremo valencianista disparó perfecto y el portero verdiblanco paró lo prácticamente imposible. Diez minutos después era el Betis el que buscaba la jerarquía del encuentro y dispuso de una oportunidad espléndida de marcar tras una jugada de Xisco que Robert, frente al área pequeña, no supo rematar. Antes de que acabara el primer tiempo, Silva y Villa pudieron marcar -el primero, incluso debió hacerlo-, pero el Betis les había robado la iniciativa.

Tras el descanso, la calidad valencianista fue más notoria que la fogosidad verdiblanca. Pero no más efectiva. Eso sí, el toma y daca fue entretenidísimo. Pero en esto falló Miguel, el balón acabó en un centro a Capi, que recibió sobre la línea lateral del área y al que Albelda pateó en su intento de despejar. El árbitro pitó el penalti y Robert lo hizo gol.

El Betis de Luis Fernández es impredecible -por decisión propia del entrenador, especialista en marear las alineaciones-, capaz de lo mejor y de lo peor. Pero lo que no se le puede negar en ningún momento es su capacidad de lucha con lo que tiene. Y lo que tiene es poco más que la recuperada fe en sí y el enfoque de cada encuentro como el final, como el primero, como el único.

Finalmente, Quique Flores sacó a Joaquín, el verdadero hijo pródigo del beticismo, el que cantó las verdades del barquero cuando aseguró que se iba del club verdiblanco porque quería ganar algún título en su vida deportiva. La ortodoxia siempre suele tirar del heterodoxo cuando las cosas van regular tirando a mal. Unas veces es por lógica y otras simple oportunismo. Ayer fue desesperación ante los importantes puntos birlados. El Betis de Luis Fernández salió ayer de los puestos de descenso y lo logró frente a un enemigo superior. Y es que eso, históricamente, es lo que se le da mejor.

Marchena y Rivera tratan de hacerse con la pelota.
Marchena y Rivera tratan de hacerse con la pelota.ALEJANDRO RUESGA

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