El Barça no despide delanteros
Los azulgrana, que siguen líderes tras ganar al Celta, sacan provecho de Saviola mientras el Madrid más seco en décadas echa a Ronaldo
Van Nistelrooy es el único madridista que puede presumir de haber marcado más goles que el séptimo delantero del Barça: Saviola, que con su tanto de ayer al Celta ya suma cinco. Señal inequívoca de que el Madrid está seco mientras el Barça ha encontrado una inesperada veta que explotar mientras se alivian Eto'o y Messi. Con Capello al mando, el Madrid promedia 4,4 remates a puerta por partido, el índice más bajo en los últimos 20 años. El equipo lleva 28 goles en 20 jornadas, el peor registro en 16 años.
Y con Ronaldo camino de Milán por la mitad de precio de lo pagado por la entidad a cambio de una atractiva promesa como Higuaín. Un futbolista elegante, que flota con gusto en la media punta, pero que aún destila dudas cuando se reta con el gol. Capello tiene tanta alergia a los delanteros que no le ha importado quedarse tan sólo con uno: Van Nistelrooy. Si pudiera, el italiano se ficharía otro defensa central o un medio matraca más.
En Barcelona, Rijkaard y Begiristain no derrochan nada. Tragaron con Saviola y, llegado el momento, han decidido explotar su veta. El pibito, que arrancó el curso como séptimo delantero de la plantilla, ha sostenido con sus goles al peor Barça de la temporada. Saviola, desde luego, no es Ronaldo ni tiene el carácter del brasileño, pero tanto él como la entidad azulgrana han sido capaces de convivir hasta final de temporada. A Capello, sobrado él, jamás le ha importado cuestionar en público a Ronaldo, no queriendo aceptar las singularidades de uno de los mejores goleadores del planeta, condición que sólo Eto'o y Henry están en condiciones de discutirle.
Enganchado a Saviola y con Deco al frente, el Barça superó ayer al Celta (3-1) y ya aventaja en cuatro puntos al Madrid. Al Barça le va a rebufo el Sevilla, que goleó en Valencia al Levante (2-4) y parece haber recuperado el pulso.
Por abajo, el Athletic -con Javi González, inscrito en la noche del sábado, de titular- atizó la hoguera de la Real (0-2). Y en Tarragona por fin hubo serpentinas, aunque fuera a costa de otro vecino, el Espanyol (4-0).
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