"El deporte debe integrar a los excluidos"
Sus visitas a la selección española de balonmano nunca pasan desapercibidas. Iñaki Urdangarín viajó a Alemania para compartir momentos con el equipo español. Urdangarín, 39 años, fue uno de los mejores laterales de la historia del balonmano español, ganó ligas y copas de Europa con su club, el Barcelona, y varias medallas con la selección. La última, el bronce en los Juegos de Sidney en 2000.
Pregunta. ¿Qué siente cuando se reencuentra con los jugadores de la selección de balonmano?
Respuesta. Me vuelven viejos recuerdos. Pensamientos sobre las concentraciones y el aislamiento que se vive cuando se está en una competición tan importante. Pero, por otro lado, el deporte tiene un factor de amistad altísimo y de espontaneidad. Cuando me acerco, echo de menos este deporte.
"Mi generación elevó el listón del balonmano español y me siento orgulloso de eso al ver que la selección actual ha rematado el trabajo con un título mundial"
"El deporte va en mi ADN. Ahora, no consigo practicarlo tres o cuatro veces por semana con asiduidad. Y no lo llevo bien"
P. En la selección siguen algunos muy buenos amigos suyos.
R. De cuando yo jugaba, quedan Barrufet, Garralda, Juancho, Hombrados, personas más cercanas a mi generación. Su vida es muy dura, con unas agendas increíbles, exigentes, con muchos viajes, y que impiden que el contacto con ellos sea más habitual.
P. Ganó medallas olímpicas, europeas y fue campeón continental con el Barcelona. ¿Fueron muy fuertes aquellas sensaciones?
R. Es lo más intenso y lo más bonito del deporte. Por sí mismo el deporte es precioso. Pero la victoria, el éxito es una experiencia única. Yo no he encontrado un aprendizaje mejor para la propia vida. Se sienten muchas cosas. Creo que formé parte de una generación que elevó el listón del balonmano español, y ahora me siento orgulloso de haber formado parte de aquello cuando veo que la generación actual ha rematado el trabajo con un título mundial y una final europea.
P. ¿Cree que España puede revalidar el título mundial?
R. Sí. Pero pienso que hay que aplicar el modo de pensar de Juan Carlos Pastor y no mirar tan lejos. Hay que ver el campeonato partido a partido. Pensar en cada rival y plantearse ganar cada partido. Sólo así llegarán los cuartos de final y las finales. Ya en esta fase, todos los partidos son complicados. Hay rivales muy difíciles, como Croacia o Hungría. Y hay otras selecciones que remontan como Alemania y Francia. Creo que todos ellos estarán ahí. Pero la selección tiene ya experiencia en resolver estas situaciones: fue campeona del mundo en Túnez.
P. ¿Dónde pueden estar las claves?
R. A partir de ahora no habrá ya grandes diferencias de goles en los marcadores. Los partidos serán ajustados y todo dependerá de los aciertos o los errores en los momentos decisivos de cada encuentro. Las defensas serán muy duras y lo único que hay que esperar es que no haya lesiones, ni contratiempos. Me encantaría poder regresar al final de la semana que viene ya de forma oficial para estar en la final.
P. ¿Qué le parece Pastor?
R. Pienso que ha sido un técnico muy innovador. Con su sistema de trabajo consigue generar confianza y logra que cada jugador asuma su responsabilidad. En defensa impone más la disuasión que el contacto. Y en ataque ha logrado sacar un gran rendimiento a los lanzadores y desarrollar la creatividad de Chema Rodríguez. Nunca habíamos tenido un juego de ataque tan sólido. Y pienso que éste es un valor que hay que agradecer al trabajo de Juan Carlos Pastor.
P. ¿Hasta qué punto le realizó su etapa como deportista de élite?
R. Me ha marcado enormemente. En mi educación, por saber que el deporte es limitado y hay que prepararse para la siguiente etapa. Influenció en la relación con mi familia: me fui de casa muy joven y hemos mantenido un contacto muy vivo desde la distancia. Influyó también en mis amistades, muchas de ellas proceden del mundo del deporte. Y ha determinado mi matrimonio, mi familia, la ciudad donde vivo. Al final, el deporte es algo que va en mi propio ADN. Y esa decisión de dedicarme a él ha marcado el resto de mis pasos.
P. ¿Echa en falta algunas cosas de su vida como deportista?
R. Que me cuesta mucho encontrar el ritmo, tener continuidad. Antes practicaba cada día por obligatoriedad. Ahora que ha pasado a una esfera más secundaria de mantenimiento personal, no logro practicarlo tres o cuatro veces por semana con asiduidad. Y no lo llevo bien.
P. Últimamente se está involucrando mucho en temas de integración social a través del deporte.
R. He hablado con muchas personas que entendemos que el deporte tiene unas virtudes que fomentan la relación social. Nos hemos hartado de hablar de las virtudes del deporte y de la cultura en la formación de las personas. Probablemente son los dos elementos más importantes de integración social. Ahora queremos dar un paso más y ver cómo podría ayudar el deporte a integrar correctamente colectivos con riesgo de exclusión: personas de otros países que vienen buscando estabilidad y seguridad u otros sectores marginales como los de la droga, que puedan encontrar un ancla a través de la cual engancharse a la sociedad. Tengo la intención de dedicar una parte de mi tiempo a trabajar estas cuestiones.
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