Todo está en la música

Estimado señor Rioyo, francamente no lo entiendo. Salomé en cueros en la Ópera de Roma, cabezas cortadas en el Idomeneo de Berlín, disparates alucinantes en un Wozzeck mal comprendido musicalmente por el señor Bieito.

Yo no soy puritano, ni mucho menos, y naturalmente que asistir a un teatro, sea prosa o sea ópera, no implica siempre un masaje para el intelecto y los sentidos, pero me parece que algunos regisseurs que han "descubierto" un filón en la ópera se están olvidando de lo más importante y esencial en este género que es la música.

No tuve en esta ocasión la suerte de escuchar y ver el Wozzeck de Alban Berg en la versión del maestro Pons (en todo caso), que no del señor Bieito (subrayo la distinción entre lo uno y lo otro; ópera es música en primer lugar).

Creo que algo va muy mal cuando estos regisseurs necesitan "inventar" cosas que ni el mismo compositor se había planteado, que no responden a la esencia de su música, y ni tan siquiera la ayudan (porque todo, absolutamente todo, está en la música;basta saber leerla y comprenderla).

Tal vez deberían canalizar esta arrogancia creativa componiendo ellos mismos una ópera;así podrían dar rienda suelta a su extraordinaria fantasía.