Crisis en la Galaxia

El próximo 29 de enero la titular del juzgado número 27 de Madrid puede tomar una decisión que suponga un relevo en la presidencia del Real Madrid. De producirse este hecho, el club madridista tendría un tercer presidente en el transcurso de un año, una circunstancia sin precedentes en el fútbol español. Tres campañas sin títulos y tres presidentes en un año significarían un balance inesperado para una entidad que, hace bien poco tiempo, despertaba admiración en todo el planeta. Los últimos errores cometidos por su actual presidente, Ramón Calderón, no han hecho otra cosa que agudizar la sensación de que el club vive en una crisis permanente.

Cannavaro y Emerson pasaron directamente a ingresar seis millones de euros netos

Alguno de sus directivos reconoce que el presidente parece un hombre aún en campaña electoral

Hace un mes, Ramón Calderón, presidente del Real Madrid, participó en una videoconferencia online con los estudiantes de la Universidad de Harvard (Massachusetts). El acto había despertado un extraordinario interés entre el alumnado porque el modelo económico del Real Madrid es el caso de estudio que más audiencia concentra en dicha universidad desde hace dos años. Tal ha sido su éxito que pertenece ya al Premiun Collection de Harvard (la colección de los mejores casos) y es el primero que se difunde online entre estudiantes y profesionales de todo el mundo, previo pago por su visionado. En aquella conferencia, un alumno le preguntó a Ramón Calderón si seguiría el modelo de los galácticos y Calderón respondió que se mantendría escrupulosamente fiel a la estrategia implantada por Florentino Pérez. En la misma sesión, otro alumno le preguntó si Beckham seguiría en el Real Madrid. Y Calderón respondió que el jugador inglés era extraordinariamente importante para el club. Aseguró, además, que en una semana su continuidad estaría resuelta.

Las intervenciones de Calderón ante estudiantes no parecen muy felices. Un mes después, el presidente madridista participó en otra conferencia con universitarios celebrada en Madrid. Su intervención fue grabada por un alumno y difundida posteriormente en los medios de comunicación. Puso en entredicho a sus jugadores, divulgó algunos salarios, hizo comentarios poco elogiosos, los llamó incultos y provocó una crisis con la plantilla. Por Madrid circulan ahora versiones que parecían de otro tiempo sobre las actividades nocturnas de algunos futbolistas del club. La diferencia está en que antes eran los reyes de algunas señaladas discotecas de la capital y ahora no se dejan ver porque organizan esas fiestas en los sótanos perfectamente acondicionados de sus casas. En el intervalo de tiempo, entre la intervención en Harvard y la posterior en Madrid, Beckham ha anunciado su marcha del club para el mes de junio y Ronaldo parece tener un pie en el Milan. Los galácticos son ya historia. Para remate, la semana se ha cerrado con la eliminación del Madrid de la Copa del Rey ante un Betis plagado de suplentes.

Es decir, en unos meses, una parte muy característica de aquel modelo que Harvard difunde con tanto éxito parece derrumbarse.

La prensa estadounidense sigue con mucha atención todo lo relacionado con Beckham dada su próxima llegada a Los Ángeles, pero hay expertos que advierten del peligro si el Real Madrid se empeña en castigar al jugador con el ostracismo hasta el mes de junio. "Corremos el riesgo", señala un asesor jurídico relacionado con el club, "de que nos encontremos con una demanda por mobbing (acoso laboral) en Estados Unidos". Quien fuera el mejor propagandista de la imagen del Real Madrid puede llegar a ser ahora su publicidad más negativa de tal forma que la cuestión ahora es saber si ese modelo tan apreciado en Harvard está siendo sustituido por otro. O si, como ironizan los críticos a Calderón, el Madrid sigue algún modelo.

Florentino Pérez había establecido una jerarquía de salarios muy rígida en el club, reservando para los llamados galácticos el acceso al denominado nivel de los seis millones de euros netos. A ese club selecto sólo accedieron Raúl, Figo, Zidane, Ronaldo y Beckham. Jugadores como Roberto Carlos (3,5 millones netos) o Casillas (4,5 netos), figuraban en un segundo escalón. Calderón rompió ese esquema en sus primeras decisiones puesto que Cannavaro y Emerson pasaron directamente a ingresar seis millones netos y no parecen ser jugadores con la capacidad mediática de sus antecesores. La gestión de algunos fichajes provocó también alguna disconformidad dentro de la junta directiva: Capello cobraba 4,5 millones netos y un jugador como Gago pasaba de valer en el mercado 12 millones de euros a ser traspasado al Real Madrid por 26, con demasiados comentarios en el mercado en torno a la posible existencia de sustanciosas comisiones. Por otra parte, el presidente había renovado el contrato de Guti (uno de los jugadores puestos en entredicho en sus palabras ante los universitarios) días después de que este jugador hubiera provocado su expulsión en un partido y bajo la amenaza de dejar de jugar si no obtenía satisfacción a sus peticiones, reconoce un directivo. "¿Cuál va a ser la posición de Adidas cuando tengamos que firmar el próximo contrato si le presentamos un catálogo con Higuaín, Gago, Diarra, Emerson o Cannavaro?", se pregunta.

El club más rico del mundo, con 850 empleados entre trabajadores fijos y temporales y 300 millones de euros en ingresos, parece ahora una entidad errática gestionada de forma interina cuyo futuro inmediato está en manos de una decisión judicial. Las estrellas globales se han ido o están a punto de irse. Y el equipo no gusta a sus seguidores.

Dos procesos judiciales abiertos en el juzgado 47 de lo civil y el 25 de lo penal (donde el sumario está declarado parcialmente secreto), pueden dar lugar a decisiones que signifiquen, en algún supuesto, incluso un cambio en la presidencia a mitad de temporada. Algunos expertos consultados señalan que esta incertidumbre puede alargarse hasta el verano. Está en juego, en definitiva, si un juez determina que se cuenten 10.511 votos por correo cuya suma puede alterar el resultado de las elecciones celebradas el pasado mes de julio, una suma de votos significativa teniendo en cuenta que el voto presencial válido ascendió a 27.102 votos.

Las consecuencias de esta interinidad se han dejado sentir en la gestión de Calderón, reconoce alguno de sus directivos, quien parece ser un hombre todavía en campaña electoral. "El problema de Calderón es que se siente obligado a tener presencia en todos los medios de comunicación y no actúa como un verdadero presidente. Se expresa todavía como un candidato y ese ha sido su error. Además, ha querido actuar a corto plazo y se ha puesto en manos de Capello, que es ahora quien parece tomar las decisiones estratégicas del club".

Como consecuencia de las meteduras de pata del presidente, el club vivió el pasado viernes una situación paradójica: Raúl, como capitán, daba una conferencia de prensa tratando de ofrecer un mensaje de tranquilidad y unidad a los socios del club. Entre tanto, ese mismo día, el servicio de prensa del club afirmaba que Calderón no concedería ninguna entrevista y que ningún otro miembro de la directiva actuaría de portavoz. A todos los efectos, aquel día, Raúl se convirtió en la única voz del club. La directiva estaba en paradero desconocido.

Empresarios como Fernández Tapias y Villar Mir permanecen a la expectativa estos días. En función de una decisión judicial, uno de los dos podría ser el próximo presidente no antes de un mes. O quizás llegado el verano. En estos entornos se ha despertado cierta maquinaria preelectoral. Ponen de manifiesto que Calderón nunca gestionó una empresa y que haya cerrado su pequeño despacho de abogados para dedicarse por entero al club. "Además, ha contratado a uno de sus hermanos, socio en su despacho, como asesor jurídico, lo cual no parece muy estético", señala uno de los aspirantes.

Y es que el Madrid no deja de estar sometido a paradojas. Uno de los procesos judiciales en marcha nace de una denuncia de Ramón Calderón, entonces aspirante a la presidencia, contra el club por el sistema del voto por correo, de tal manera que, actualmente, el Real Madrid ha contratado los servicios de un abogado para que defienda al club de la denuncia de quien es ahora su actual presidente, abogado que por otra parte cobra de la parte demandada para seguir las instrucciones y defender los intereses de la parte demandante.

Los estudiantes de Harvard analizan cómo el Real Madrid ha pasado a convertirse en el club más rico del mundo a partir de una estrategia muy definida que reconoce el valor mediático del fútbol y cuyo activo clave "es contar con una serie de jugadores estrellas y globales que tengan un efecto global", según cita uno de los documentos en manos de los alumnos. Hace un par de años, el Real Madrid rompía una racha de ocho años consecutivos del Manchester United como líder mundial en ingresos económicos y desde entonces no ha dejado de mantenerse en el liderato. El documento de Harvard reconoce algunas de las particularidades del negocio del fútbol, basado en la emoción, la pasión, la incertidumbre del resultado y la falta de garantías en la victoria a pesar de tener los mejores jugadores. Sin embargo, tres años sin títulos no han afectado a los ingresos del Real Madrid porque se ha mantenido fiel a un modelo con éxito.

El Madrid sigue siendo el club más rico del mundo y la prueba es que hace un mes Calderón firmó un espectacular contrato de televisión por un valor de 1.000 millones de euros. Pero los últimos acontecimientos ponen en cuestión la supervivencia de una forma de hacer negocio en el fútbol. ¿Qué sucederá si el modelo se rompe o si la crisis institucional se acentúa y el club genera más estímulos negativos que positivos? ¿Qué será del Madrid sin galácticos? ¿Cómo habría que definir el modelo actual si quien toma las decisiones fundamentales es Capello? Los estudiantes de Harvard debatirán próximamente sobre estos aspectos, pero cientos de miles de seguidores madridistas, a quienes estas disquisiciones propias de escuela de negocios quedan demasiado lejanas, se preguntan cada noche cuándo volverán a emocionarse con el mejor equipo del mundo.