"No podemos pensar sólo en el oro"
Tal vez porque a sus 38 años las ha visto ya de todos los colores, a Juan Carlos Pastor el reto del Mundial que hoy se inicia para el equipo español ante Egipto no le crea nervios. Los planteamientos que aportó en su debut en Túnez hace dos años permitieron a la selección dar un paso definitivo en su consolidación en la élite: no sólo logró el título mundial, sino también la primera medalla de oro del balonmano español. Ahora, tanto él como su equipo deben confirmar que no fue un sueño. El año pasado, España perdió la final del Europeo contra Francia. Desde que Pastor comparte el banquillo del Valladolid y el del equipo nacional, la selección está en el podio.
Pregunta. ¿Qué recuerda del oro de Túnez y la plata de Suiza?
"Un equipo ganador juega espontáneo, alegre... Cuando hay todo eso no existe presión"
"Con este deporte no te haces millonario, pero no hay que mirar hacia arriba, sino hacia abajo"
Respuesta. Fue una alegría maravillosa. El primer oro. No lo creímos hasta que lo tuvimos en la mano. Y la plata fue la confirmación. Todos apostábamos de nuevo por el oro, pero los franceses, a quienes habíamos ganado en la primera fase, nos superaron. Sin embargo, estuvimos ahí y demostramos que todo el trabajo que estamos haciendo va por buen camino.
P. La plata de Suiza pareció no bastarles ni a los jugadores ni a usted.
R. El problema es que sólo gana uno. No habíamos perdido ni un partido y caímos en la final. No nos conformábamos con la plata y la decepción fue mayúscula. Luego, ya más tranquilos, valoramos todo lo que habíamos hecho y creemos que tuvo un gran valor.
P. ¿La defensa del título mundial se plantea como un reto?
R. Obligaciones no queremos ninguna. Aunque nosotros somos los primeros que nos ponemos la exigencia. La filosofía es la del día a día, pensar en cada partido. Ahora mismo lo que nos preocupa es Egipto, que hace unas semanas ganó a Alemania en su casa. Para nosotros es importante pensar en cosas muy concretas, pensar que los partidos se ganan marcándose pequeños objetivos como ganar cada defensa, asegurar cada ataque, etc. Nuestro reto es el partido de cada día. Hay que ir paso a paso para poder hacer grandes cosas.
P. ¿Es más difícil ganar un oro o consolidarlo?
R. Ganar una vez es muy difícil, pero volver a hacerlo se complica mucho más. No podemos comenzar el Mundial pensando sólo en el oro.
P. España ha dado un salto de calidad. Ahora no se entendería quedarse fuera del podio.
R. La gente puede pensar eso. Pero en deporte es todo imprevisible. Hay cinco o seis equipos que pueden estar en el podio: franceses, croatas, alemanes, daneses. Y todos ellos piensan lo mismo que nosotros. Sabemos que la gente opina eso. Y nosotros tampoco tiramos balones fuera. Lo asumimos, pero no lo diremos.
P. ¿Se sienten presionados?
R. No, o por lo menos no debería. La clave de un equipo ganador es que juega espontáneo, alegre, ilusionado y divirtiéndose. Y cuando hay todo eso no existe presión.
P. Sin embargo, en Suiza se demostró que los demás equipos han estudiado bien a España y que no ser previsibles resulta mucho más difícil. ¿Ha preparado nuevos recursos tácticos para evitar eso?
R. Tampoco somos tan previsibles. En Suiza fuimos muy regulares y ese aspecto deberíamos mantenerlo. Todo no puede cambiarse, sólo algunos detalles. Hemos trabajado en distintas defensas: podemos utilizar el 6-0, el 5-1 con variantes, e incluso hemos defendido en 4-2 con superioridad. Y en ataque siempre dependes un poco de los jugadores que estén en pista. Lo que sí queremos es no realizar más que un cambio en el paso de ataque a defensa.
P. ¿Cómo valora las bajas de Albert Rocas y de Salva Puig?
R. Albert era nuestro seguro en el extremo derecho, un realizador nato que siempre ha dado un excelente resultado. Pero está lesionado. Hemos traído a otro chaval, Víctor Tomás, que va como un tiro. Salva Puig realizó un buen trabajo, pero ha venido Belaustegui, que nos da un poco más de tiro exterior y es buen defensor.
P. ¿El tiro exterior es el principal problema del equipo?
R. No tenemos grandes lanzadores, pero sabemos jugar con continuidad, con ritmo, buscando penetraciones. Quizás nos falta alguien que las meta desde 12 metros, pero podemos crear espacios para nuestros lanzadores en los nueve metros.
P. ¿Qué espera de jugadores tan veteranos como Mateo Garralda, David Barrufet o Rolando Uríos?
R. Su colaboración, su trabajo, su rendimiento. Ellos son los que están más ilusionados. Todos debemos seguir siendo humildes y sacrificados. Y tener hambre de victoria. Y eso lo tenemos desde el más benjamín hasta el más veterano.
P. ¿El equipo está ya para ganar el Mundial?
R. Pienso que puede ir mejorando a medida que avance la competición. Es lo que suele ocurrir. Hay que subir las escaleras de una en una. La final es el día 4 de febrero. El equipo está para empezar el Mundial.
P. En León eso pareció evidente, tras las victorias contra Polonia y Rusia.
R. Son dos grandes selecciones. Polonia tiene una primera línea muy potente. Íbamos ganando de cinco, pero nos relajamos un poco atrás, paró mucho su portero y se pusieron a dos goles. Y ante Rusia igual, no estábamos ajustando atrás y se acercaron. Pero en ambos casos demostramos una capacidad de reacción encomiable. En cuanto las piezas volvieron a ajustarse todo funcionó. Si no movemos mucho el banquillo no vamos a aguantar. Son muchos partidos.
P. ¿Y los principales rivales?
R. De entrada Egipto, Qatar y la República Checa, nuestros rivales en la primera fase. Globalmente, Croacia, Francia, Dinamarca, Alemania y Rusia. Los croatas dependen mucho de Balic y de su potente primera línea. Tienen una gran variedad de defensas. Y te matan a contraataques. Alemania tiene muchos problemas de lesiones, pero juega en casa. Con ellos habrá que controlar la dureza defensiva. Francia es un equipo importante, homogéneo, todos atléticos, una gran defensa y un buen portero, un grupo muy compensado.
P. ¿Cómo vive su situación actual, siendo entrenador del Valladolid y de la selección?
R. Soy un profesional. Lo tengo muy asimilado. Psicológicamente en eso soy fuerte. Y tengo la suerte de que no tengo que preocuparme por casa, porque mi mujer -Pili- está muy mentalizada y mis hijas -Beatriz, de ocho años, y Marta, de cinco- tienen muy asimilado cuál es mi trabajo. Si tuviera que estar pendiente de todo eso, si me echaran de menos o si mi mujer no se espabilara sola, sería imposible. Es fundamental tener el apoyo de los de casa. Cuando llegó la oferta de la federación, dijimos: 'Vamos a muerte hasta los Juegos de Pekín y con el Valladolid'. Y luego Dios dirá.
P. En otros deportes, esta dedicación acaba convirtiéndote en millonario. En el balonmano, no.
R. No, aquí no. Pero no nos quejamos. En lugar de mirar para arriba, hay que mirar hacia abajo. Y acabas sintiéndote un privilegiado. Cuando ves que hay personas que donan un riñón para poder pagar la entrada de un piso, piensas que estás mucho mejor que la mayoría de personas. Además, hago lo que me gusta, y eso me proporciona satisfacciones enormes.
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