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Crítica:JUEGOS
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Gremios en pie de guerra

'Nightfall' continúa con la fórmula de ofrecer un juego masivo 'online' sin necesidad de pagar cuotas mensuales

El éxito de Guild Wars consiste en ofrecer algo muy similar a los juegos masivos online, en los que se congregan miles de usuarios de todo el mundo, pero con una diferencia muy notable: no hay que pagar cuota mensual. El truco consiste en que todo el mundo puede conectarse gratuitamente a los servidores en los que se representan las grandes ciudades, pero en cuanto se inicia una misión fuera de las mismas, son los propios ordenadores de los usuarios los que gestionan el desarrollo de la partida, reduciendo así los costes. Esta fórmula ha obtenido un éxito notable, pero tiene trampa. Arenanet lanza una expansión o una nueva versión, como es el caso de Nightfall, prácticamente cada año. Esto implica que quien quiera más misiones debe pagar igualmente.

Título: Guild Wars Nightfall

Desarrolla: ArenaNet

Distribuye: Friendware

Plataforma: Windows

Género: Rol Online

Edad: Mayores de 12 años

Precio: 45 euros

Internet: www.guildwars.com

Los lanceros del Sol

Las guerras de gremios continúan con Nightfall, abriendo un nuevo continente, Elona, repleto de aventuras trepidantes, paisajes impresionantes y seres cada vez más colosales. Una amenaza se cierne sobre la región y se hará patente en cuanto caiga la noche. Por ello los participantes deberán militar bajo las filas del cuerpo de élite Los Lanceros del Sol. Tras un milenio defendiendo la tierra, ahora esta orden tendrá que hacer frente al ataque de un dios olvidado y resentido.

Nighfall está desarrollado por el mismo equipo de la primera entrega y porque es un producto independiente que funciona por sí mismo. Hay mejoras en el diseño gráfico, que reproducen con mayor detalle los ya de por sí cuidados escenarios. Viejas demandas de la comunidad han sido también atendidas, como que los personajes muevan la boca a la vez que hablan. Asimismo, se han incorporado las reclamadas armaduras. Sin embargo, Guild Wars empieza a acusar el paso del tiempo. Arenanet reconoce el uso del motor gráfico original modificado y por más que se mejora empieza a destilar cierto aroma a rancio.

La incorporación de los héroes es, sin duda, la novedad más notable en el juego. Si en los primeros compases ya se pueden contratar personajes controlados por el ordenador para que acompañen a un grupo en sus búsquedas, ahora se puede hacer lo mismo con los héroes y, además, hay mayor control sobre sus acciones.

Nightfall cuenta con un puñado de misiones que obligan al uso de héroes para poder ser completadas y que dan un aire épico a las hazañas. En una línea similar, el objetivo de muchas misiones ya no es sólo conseguir la victoria en combates; ahora existen retos más sociales y menos violentos, como encontrar objetos o hablar con determinados personajes.

Como es habitual en los títulos de rol, las misiones secundarias asignadas por los habitantes dan rienda suelta a la exploración libre mientras se toma un respiro sobre la trama principal. Éstas pueden consistir en recolectar los ingredientes para una pócima o acabar con un pequeño ataque a una propiedad privada. En esta ocasión se abren paso un nuevo tipo de desafíos que requieren una ejecución precisa para conseguir el objetivo. Un simple error y las consecuencias pueden ser fatales, pero la recompensa merece el riesgo.

Buena música

Lo vasto de los escenarios, unido a los diseños de algunas localizaciones, como ciudades colgantes en mitad de una garganta de piedra, y de los nuevos enemigos, tales como gigantescos gusanos subterráneos al estilo Dune, han inspirado una banda sonora con tintes tribales al reconocido compositor Jeremy Soule. Su obra fluye dinámicamente adaptándose a la acción, con temas sosegados para la exploración y ritmos trepidantes para acompañar las peleas. Las transiciones no son todo lo suaves que sería deseable y por ello restan algo al excelente apartado musical.

Sin tratarse de una revolución ni ser un alarde de innovación, este disco es merecedor de estar entre los cinco mejores del pasado 2006, al tratarse de un nuevo aporte a los ávidos consumidores de las guerras entre gremios.

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