La primera gran criba del desierto

La teoría de la selección natural de Charles Darwin, aquélla que dicta que sólo los ejemplares óptimos perdurarán, es aplicable en el Rally Dakar. Que se lo pregunten, si no, a Jordi Viladoms, Nani Roma o Carlos Sousa, algunos de los damnificados en la etapa de ayer, la primera de una dureza extrema, en Mauritania, donde todo se decide.

Se obstinó este año la organización en tratar de que los participantes disfrutaran de todo tipo de condiciones en las cronometradas largas. Ayer lo consiguió. Y eso que la contrarreloj se tuvo que acortar 134 kilómetros debido a una tormenta de arena que impidió volar a los helicópteros.

La peor resaca la vivió Viladoms, hasta ayer mochilero de Marc Coma. Tras estrenarse el jueves como ganador de una especial dakariana, el motociclista español dijo adiós al salir despedido de su KTM recién llenados sus depósitos. "Iba a unos 140 kilómetros por hora, detrás de Marc e Isidre [Esteve]. He golpeado una piedra, volado y rodado unos cien metros por tierra completamente descontrolado", comentó antes de ser trasladado en avión al Hospital Universitario Doctor Negrín, en Gran Canaria, con tres fracturas: dos en la mano derecha y una en el codo izquierdo, además del tobillo derecho dislocado.

"Los primeros 30 kilómetros, con los depósitos llenos, son siempre difíciles porque la moto pesa 40 kilos más y los reflejos pueden traicionarte", argumentó Coma, que, como todos, se las vio y deseó para no perder el rumbo en medio de la tormenta.

"Uno sigue las referencias que le marca el libro de ruta y espera encontrarse montañas y demás. Allí no se veía ni montañas ni nada. Ha sido increíble. Ha habido de todo: piedras, arena, hierba de camello, dunas superblandas...", definió el líder, que logró el sexto mejor registro, a 12 minutos del francés Cyril Despres, el más rápido.

Precisamente en esas dunas volcó Roma su Mitsubishi. Boca abajo quedaron también sus posibilidades de pelear por la carrera. Y allí también seguiría el alemán Andreas Schulz, copiloto del portugués Sousa, de no ser por la paciencia de éste, que le buscó durante hora y media tras un despiste suyo. "Nos hemos quedado enganchados en un cordón de dunas y Andy ha bajado con las planchas [para desatascar el coche]", explicó Sousa; "cuando he salido de allí, he ido hasta un sitio seguro, un kilómetro y medio más allá, y le he esperado". Pero Schulz, desorientado entre una maraña de coches encallados, tardó una eternidad hasta identificar su Touareg. "Cuando le he encontrado, estaba rojo, exhausto. Casi se arrastraba", sonrió el luso, que después cruzó la meta a casi dos horas y media del ganador, el surafricano Giniel de Villiers, que desbancó a Carlos Sainz en el liderato. Sousa lamentó la noticia colgada en la web oficial y que le acusaba de dejar tirado a Schulz.

Tras la primera selección, los corredores descansarán hoy en Atar. Unos, como Coma, preferirían enfilar ya hacia Tichit, pero otros, como Schulz, agradecerán la jornada de reposo.

SÉPTIMA ETAPA: Zuerat-Atar (Mauritania): Coches: 1. G. de Villiers (SA / Volkswagen), 4h 46s. 2. S. Peterhansel (Ale. / Mitsubishi), a 2m 46s. 3. C. Sainz (Volkswagen), a 4m 50s. General: 1. De Villiers. 2. Sainz, a 1m 39s. 3. Peterhansel, a 24m 38s. Motos: 1. C. Despres (Fra. / KTM), 4h 30m 42s. 2. P. A. Ullevalseter (Nor. / KTM), a 2m 46s. 3. D. Casteu (Fra. / KTM), a 4m 36s. General: 1. M. Coma (KTM). 2. I. Esteve (KTM), a 10m 47s. 3. Casteu, a 36m 53s.