"Antes tenía un temperamento incontrolable"
Miguel Ángel Angulo (Oviedo, 1977) ejerce un extraño poder de seducción sobre casi todos los entrenadores, a quienes acaba cautivando este todocampista del Valencia que puede actuar hasta en cinco posiciones distintas en un mismo partido. Y de modo muy eficiente.
Pregunta. Se observa un cambio en su talante, mucho más sereno. Lejos queda aquel escupitajo a Borowski, del Werder Bremen, en la Champions de hace dos años.
Respuesta. De aquello me arrepentí cuando me iba a casa con el coche. De lo malo saco lo positivo. Antes tenía un temperamento incontrolable.
P. A pesar de ello, quiso ficharlo el Arsenal.
R. Ya se veía que el Arsenal sería un grande europeo. Arsène Wenger [el técnico de los gunners] me pidió que fuera a Londres a conocerlo. Hicieron un gran esfuerzo económico por ficharme. Su trato fue exquisito. También cuando les dije que me volvía.
"Los entrenadores buscan a un jugador que pueda jugar en distintas posiciones dentro de un partido. Esa cualidad me hace importante"
"Quique ha aportado serenidad y equilibrio. Nos encontramos fuertes e ilusionados. Si no volvemos a tener accidentes futbolísticos, haremos algo grande"
P. ¿Por qué rechazó la oferta?
R. Al final, pesó el día a día, el estar con mi familia, en un equipo como el Valencia, en el que me había costado mucho hacerme un nombre. Y en el Arsenal iba a tener que empezar de cero.
P. En diez años en el Valencia, le trajeron a Jorge López, Fiore y Joaquín para sustituirlo, pero el único que le aguantó el tipo fue Rufete. ¿A qué lo atribuye?
R. A un cúmulo de detalles: trabajo, humildad, ser constante... Pese a los fichajes, tanto en las bandas como en la delantera, he seguido ahí. También he tenido la suerte de no lesionarme. Con todos los técnicos he jugado mucho.
P. ¿Por qué acaban enamorándose de usted?
R. Porque buscan a un jugador que pueda jugar en distintas posiciones dentro de un partido, sin entrar ni salir, y esa cualidad me hace importante.
P. ¿Se considera un goleador?
R. No; goleador es el que marca 15 goles por temporada. En mi mejor curso fueron 10.
P. ¿Fue su tanto ante el Zaragoza, una bomba en diagonal desde unos 25 metros, un churro o un golazo?
R. Un gran gol. Disparo desde una gran distancia y al portero le pilla un poco por sorpresa porque el balón va hacia un lugar que no se espera. Se unen la fuerza y la colocación.
P. A sus 29 años, su estado físico sigue siendo excelente.
R. Ayestaran [Pako, el preparador físico que acompaña a Rafa Benítez] me decía que podría ser un atleta. Y Sassi [Roberto, el de Claudio Ranieri], que ocupaba los primeros puestos en todas las pruebas. Estoy entre los más rápidos, junto a Albiol, Joaquín y Vicente, y entre los más resistentes [fue segundo, tras Vicente, en el test de Conconi].
P. ¿Está en un momento especialmente dulce?
R. No. Tengo la misma regularidad de los últimos tres años. La única diferencia es el gol. Y entiendo que se me valore más porque el fútbol, al cabo, es el gol.
P. ¿Algún motivo para explicarlo?
R. Me vienen rachas de goles de vez en cuando, pero es verdad que llegamos a la portería en muchas ocasiones y también que tengo libertad para pisar el área, sobre todo cuando juego de delantero.
P. ¿Qué ha aportado Quique Flores al Valencia?
R. Serenidad y equilibrio. Ha sabido recuperar a los jugadores y colocarlos en su sitio. A partir de ahí, debemos devolverle la confianza y no fiarnos porque hay compañeros esperando en el banquillo.
P. ¿Qué pensó cuando el Valencia pagó 25 millones de euros por Joaquín?
R. Pues que era una incorporación muy importante porque es uno de los mejores jugadores por banda de España. A mí me queda ser constante. El técnico sabe que puedo jugar de interior derecho, de lateral, de delantero o por la izquierda incluso en un mismo partido.
P. ¿Le da eso una sabiduría táctica?
R. El ir de un puesto a otro me ha permitido aprender el trabajo que hay que hacer en cada caso. Si hay una lesión en un partido o un cambio de sistema, ahí entro yo o alguno de mis compañeros, como Silva, que también es polivalente.
P. Vicente del Bosque decía que uno de los problemas del Madrid es su falta de liderazgo. ¿De eso se encargan Albelda y Baraja en el Valencia?
R. En los momentos malos, como cuando no ganamos en siete partidos seguidos, echamos mucho en falta a gente que levantase al equipo. Después, cuando las cosas van bien, ya no es tan importante esa referencia.
P. ¿Se sienten tan fuertes como en la primera Liga que ganaron con Rafa Benítez, cuando también superaron una grave crisis?
R. Nos encontramos fuertes e ilusionados. Si no volvemos a tener accidentes futbolísticos, haremos algo grande.
P. ¿En qué se diferencia Quique de Benítez?
R. Tal vez Benítez era demasiado estricto en la concentración y en el día a día. Quique nos da más libertad y no tantas premisas antes de los partidos.
P. ¿Qué equipos le gustan?
R. El Zaragoza, con muchos jugadores desequilibrantes de medio campo hacia arriba. También, el Sevilla y el Barça, en su línea de los últimos años.
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