"Pido disculpas"

Aun siendo un hombre orgulloso, Rafa Benítez (Madrid, 1960) quiso disculparse ante sus aficionados en la noche del martes. "Pido perdón a nuestros hinchas". Estaba completamente avergonzado. "Es una pena. Estoy preocupado y desilusionado por nuestra afición, que estuvo magnífica, como siempre". Su equipo, el Liverpool, acababa de sufrir una de las derrotas más humillantes de su historia: 3-6 ante el Arsenal en los cuartos de final de la Copa de la Liga inglesa, la Carling Cup. Ante un rival imberbe y de fútbol exuberante, al primer toque, en el que el más veterano apenas ha cumplido 25 años: Julio Baptista, el brasileño cedido por el Madrid, que marcó cuatro goles y falló un penalti. Los periodistas ingleses se apresuraron ayer a desenterrar primero el cofre de las estadísticas y, después, el hacha de guerra contra el entrenador español, un experto en seguridad defensiva que sufrió una sangría. El Liverpool no había encajado seis goles en casa desde el remotísimo 0-6 ante el Sunderland en la temporada 1929-30. Y nadie había marcado cuatro tantos en Anfield desde Dennis Westcott, del Wolverhampton, hace 61 años. Por si fuera poco, el Liverpool pierde para lo que resta de campaña a Luis García, con una rotura del ligamento de la rodilla derecha.

"El técnico corre el peligro de ser abandonado como un florero", sostiene 'The Guardian'

The Kop, la mítica grada de Anfield, despidió a los jóvenes gunners con una ovación. ¿El mérito? Básicamente de Arsène Wenger, su entrenador, que anunció un futuro "muy, muy prometedor" para una generación impulsada por el centrocampista Cesc Fàbregas.

En tres días, el cuadro de Benítez se ha quedado fuera de las tres competiciones inglesas, puesto que en la Liga, tercero, está muy alejado del líder Manchester United, a 14 puntos. A Benítez sólo le queda la Champions, el mes que viene ante el Barcelona, para engordar su magnífica colección de trofeos desde que llegó a Inglaterra, en verano de 2004, en sustitución de Gerard Houllier: la Copa de Europa en 2004-05, la Copa inglesa en 2005-06 y la Community Shield (equivalente a la Supercopa en España) en 2006-07.

Nadie, sin embargo, vive del pasado en el fútbol y a Benítez se le ha comparado para mal con Houllier demasiadas veces en lo que va de curso. El rotativo The Guardian, ayer, era especialmente duro. "Ha tratado la Carling con el mismo desdén con el que trataría a una chica plana que reclamara su atención en la discoteca. Ahora, en la segunda semana de enero, él es el único que corre el peligro de ser abandonado como un florero". El diario, que acusa al técnico de sacar escaso provecho de la cantera, dice que sus "raíces españolas" hicieron que fuera un poco "esnob" ante un trofeo doméstico que, si bien no es tan prestigioso como la FA Cup, sí tiene su reputación.

Además, insta a Benítez a rendirle cuentas a los futuros dueños del club, la familia Maktoum, de Arabia Saudí, a quienes debería explicar por qué excluyó contra el Arsenal a nueve titulares, entre ellos Xabi Alonso y Reina. Su reemplazo, Dudek, poco fino por mucho que sea el héroe de los penaltis de la Champions de 2005, termina contrato en junio y probablemente se despedirá de los reds.

También los centrales Hyppia y Paletta quedaron retratados. The Times cargó contra Dudek mientras The Independent destacó la espectacularidad de Baptista, que apenas había participado hasta entonces en el conjunto de Wenger, con un solo tanto. Claro que, reservados Henry, Adebayor y Van Persie, Baptista afinó su toque y su potencia para darle a Benítez la peor noche de su reinado en Anfield. La peor en 76 años.