Pierre Delanoë, el gran letrista de la canción francesa
Escribió miles de temas para cantantes como Gilbert Bécaud, Edith Piaff, Johnny Hallyday, Dalida o Georges Moustaki
Su nombre no les dirá nada pero Pierre Delanoë ha sido, desde 1953, uno de los autores de canciones más populares y prolíficos del mundo. Gilbert Bécaud, Michel Sardou, Edith Piaff, Michel Fugain, Johnny Hallyday, Michel Polnareff, Nana Moskouri, Dalida, Georges Moustaki, Hugues Aufray, Joe Dassin y otros muchos cantantes francófonos habían cantado los textos ideados por Pierre Delanoë.
En su momento, cuando el francés era aún un idioma de difusión equiparable al inglés, sus temas se tarareaban en todo el globo y como prueba basta recordar aquel Et maintenant que versionó medio mundo y que era el fruto de una idea de genio de Delanoë: ponerle letra a unos compases del Bolero de Ravel. Bécaud le puso voz y dramatismo, al igual que hizo con Nathalie o, antes, con Mes mains, el primer éxito, en 1953, el que impulsa al inspector de impuestos Pierre Leroyer, a cambiar de oficio y aceptar ponerse al frente de una radio que no existía, Europe nº1, utilizando para ello el apellido de su abuela.
Pierre Delanoë, que tenía 88 años, aseguraba que gran parte de sus éxitos eran fruto de la casualidad: que fue un taxista neoyorquino quien le sopló la existencia del veranillo indio para que él lo transformase en L'Eté indien, que fue durante una cura de talasoterapia y mientras oía los comentarios de quienes se sometían a una cura de manguerazos que se le ocurrió un ritornello que, en francés, asegura que "el azar nos lleva donde él quiere".
Nunca había compuesto canciones abiertamente políticas, pero Le France, dedicado al paquebote homónimo que se subastaba, tiene algo de himno gaullista, con ese canto a la soberanía perdida. En la actualidad decía andar enfrascado en la elaboración de una letra alternativa a La Marsellesa, el truculento y hermoso himno guerrero que los franceses han adoptado como himno nacional sin retocar su fervor revolucionario.
Su facilidad para encontrar textos adecuados a todo tipo de música había hecho de Delanoë el adaptador ideal de las grandes comedias de Broadway al francés o también le llevó a escribir las canciones de Bod Dylan en francés.
En 1980 publicó unas memorias en las que explicaba con desenfado y mucho humor su carrera de tipo capaz de hacerse millonario con sólo 20 minutos de inspiración. Lo cierto es que si ésta no siempre acudía a la cita -se dice que deja escritas más de 5.000 canciones- no le era esquiva: los expertos afirman que la crónica sentimental de las décadas gloriosas que vivió Francia han dejado en la memoria de sus compatriotas algo así como unas 500 canciones.
La agresividad y la grosería características del rap le deprimían y aseguraba que los 10 últimos años "habían sido los peores jamás vividos por la canción francesa". Sin duda no tenía razón pero sí razones para decirlo.
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