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Reportaje:DEPORTES

La victoria más alta

La calidad y el espíritu colectivo del equipo de baloncesto español dejan huella en un Mundial histórico

Robert Álvarez

Si ganar un campeonato del mundo es de por sí difícil, dejar huella en el deporte escapa a un mero resultado o al alarde de facultades. El baloncesto español logró ambas cosas y pasó a formar parte de la historia en el torneo que se disputó en Japón. El equipo dirigido por Pepu Hernández maravilló e hizo el pleno de victorias: 18 entre los partidos de preparación y los de competición. Además enganchó no sólo a los aficionados españoles, sino a todos los que tuvieron la oportunidad de seguir sus evoluciones; no sólo a los seguidores del baloncesto, sino también a los de otros deportes; incluso, no exclusivamente a los aficionados al deporte, sino también a otro tipo de perfiles, hasta el punto de que fue portada de una revista económica.

"Nos divertimos y divertimos a la gente", resumen los jugadores como clave de su éxito
El triunfo en Tokio culmina la trayectoria de la mejor generación que ha producido España

La final ante Grecia estuvo aderezada por condicionantes emocionales que envolvieron una gesta definitivamente con un valor añadido. El equipo español no pudo contar con su líder, Pau Gasol, lesionado en los últimos compases de la igualada y tensa semifinal frente a Argentina, y el seleccionador, Pepu Hernández, mantuvo en secreto a sus jugadores que la noche anterior había fallecido su padre. "Nada podía afectar al grupo", justificó. El equipo, pese a que no pudo contar en el momento culminante con su líder indiscutible, se superó y venció con una autoridad pocas veces vista en una final.

La irrupción de los jugadores en la pista supuso toda una declaración de intenciones. La inscripción "Pau también juega" en sus camisetas resumió el espíritu con el que afrontaron el último peldaño hacia la gloria. "Nos divertimos nosotros y divertimos a la gente", resumieron los jugadores. No es una frase hecha. Lo demuestra el hecho de que, a pesar de los contratos multimillonarios que cuatro de ellos han firmado con clubes de la NBA y de los demás con los equipos de la ACB, todos mantengan su absoluto compromiso con la selección. El caso paradigmático es el de Pau Gasol, flamante all-star de la NBA y figura capital de los Grizzlies de Memphis donde cobra unos 11 millones de euros anuales. Pese a todas las presiones para que dosifique su temporada y se preserve de posibles lesiones, es el primero en apuntarse a la selección. Lo hizo el pasado verano, y, a pesar de la lesión que le mantuvo más de tres meses fuera de las canchas, está decidido a volver a competir con el equipo español en el Eurobasket, que se disputará el próximo mes de septiembre en España, y en los Juegos Olímpicos de 2008, en Pekín. Y eso es así porque en la selección Gasol se reencuentra con sus amigos y disfruta con la convivencia y el juego, al igual que todos sus compañeros. "Después de haber conseguido algo tan difícil, se nos presenta el reto de demostrar que no fue una cuestión puntual. Debemos ser capaces de repetir el éxito, y, además, en un Eurobasket que se disputará en España y en el que contaremos con el apoyo de nuestra afición", dice Gasol.

La conjura

La conjura de los jugadores españoles en la final ante Grecia produjo efectos demoledores. Vencieron a un excelente rival, el campeón europeo. El marcador fue elocuente: 70-42. Fue el colofón a lo que aconteció a lo largo de todo el torneo: arrollaron uno por uno a todos sus rivales con la única excepción de Argentina, en la semifinal, en la que el resultado fue el más estrecho posible: 75-74. En la otra semifinal cayó Estados Unidos, 101-95. Fue el tercer fiasco consecutivo de los jugadores estadounidenses que ya habían fracasado en su intento de ganar el anterior Mundial, disputado en Indianápolis en 2002, y los Juegos Olímpicos de Atenas, en 2004. Ni la intensa preparación que llevaron a cabo esta vez, ni la presencia en sus filas de figuras como Carmelo Anthony, Lebron James y Dwayne Wade les valió siquiera para estar en la final. Su juego no resultó convincente y, ante Grecia, su defensa hizo aguas.

Gasol concluyó con las mejores estadísticas, 21,3 puntos y 9,4 rebotes por partido, y fue elegido el jugador más valioso del torneo, en cuyo quinteto figuró junto a Garbajosa, el griego Papalukas, el estadounidense Anthony y el argentino Ginobili. El triunfo en el Mundial culmina la trayectoria de una magnífica generación de jugadores, la mejor que ha producido España pese a las excelentes hornadas, especialmente la de la primera década de los ochenta, que, encabezada por Corbalán, Epi y Fernando Martín, había conseguido los mejores resultados hasta ahora. Es más, los jugadores de baloncesto españoles habían adquirido cierta fama de segundones porque, a la final olímpica perdida contra Estados Unidos en Los Ángeles 84, hay que añadir otras cinco derrotas en finales europeas (1935, 1973, 1983, 1999 y 2003). Pepu Hernández señala uno de los posibles sellos que distinguen al equipo que dirigió en Japón, que recibió el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes por ser ejemplo de superación y de compromiso con los valores del deporte: "Con estos jugadores es más difícil gestionar la ambición y la ansiedad por la victoria que el conformismo".

La selección española, con la copa obtenida tras vencer a Grecia por un contundente 70-47 en la final del Campeonato del Mundo, el 3 de septiembre.
La selección española, con la copa obtenida tras vencer a Grecia por un contundente 70-47 en la final del Campeonato del Mundo, el 3 de septiembre.CRISTÓBAL MANUEL

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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