Un todoterreno diferente con línea de cupé
Un concepto innovador desarrollado a medias. El Ssangyong Actyon es un todoterreno diferente que ensaya nuevas soluciones estéticas en busca de un estilo más deportivo y menos pesado de lo habitual en los 4×4. Adopta un morro agresivo y un portón trasero muy inclinado que acerca su línea a los cupés. Pero su deportividad termina ahí y no profundiza en la mecánica o el comportamiento dinámico. El resultado es un todoterreno de imagen moderna y mecánica clásica con un maletero muy justo para la vida familiar y un buen equipo de serie que incluye la reductora y amplía su versatilidad en el campo.
Este cóctel de sabores tan variados funciona bien y tiene precios ajustados: desde 23.800 euros (200 XDi con tracción 4×2).
El primer todoterreno cupé
El Actyon es la versión cupé del Kyron, otro 4×4 de Ssangyong más familiar, con quien comparte la mecánica. Sin embargo, prima la deportividad con una imagen más agresiva para captar clientes más jóvenes.
Estas prioridades se reflejan ya en el frontal, con un capó en forma de V muy sólido y marcado, que se inspira en la boca de un tiburón e integra gran parrilla semicircular y unos faros muy rasgados. El lateral prima más el dinamismo con un trazo ascendente muy acusado que sirve de base a las ventanillas. Pero lo más innovador es la zaga, porque el techo cae por detrás como en los cupés y da forma a un portón muy inclinado hacia delante y con un llamativo alerón, dos detalles que le distinguen de cualquier todoterreno.
Su silueta vanguardista y poderosa transmite carácter y originalidad. Mide 4,45 metros de largo, algo más que sus rivales los Toyota Rav4, Suzuki Grand Vitara...
Más convencional por dentro
El interior presenta una configuración convencional, con dos asientos delanteros grandes y cómodos que sujetan bien, y unas plazas traseras con suficiente espacio para las piernas. En cambio, la línea del portón sacrifica el maletero, que tiene sólo 321 litros, como el de un VW Golf, y la dotación de huecos para objetos tampoco es generosa: la guantera, un cofre delante del cambio y dos posavasos detrás, portagafas, apoyabrazos central hueco y bandejas pequeñas en las puertas. Además no ofrece las soluciones flexibles de los monovolúmenes, como los asientos traseros individuales o la regulación en longitud. Y el interior y los acabados tampoco presentan un estilo deportivo acorde con la imagen exterior, aunque se aplican materiales vistosos y una calidad de conjunto correcta.
Por lo demás, las prestaciones son más que suficientes para un uso normal y se desenvuelve bien en el campo, en parte por la reductora. Además está bien aislado por dentro y sólo las suspensiones, algo duras y enérgicas, penalizan la comodidad en viajes largos.
Un motor y tres equipamientos
La gama Actyon incluye un solo motor 2.0 turbodiésel de 141 CV con cambio manual de cinco marchas. Hay tres acabados, el básico con tracción trasera (4×2), y dos más, Premium y Limited, con tracción 4×4 y reductora. El primero (23.800 euros) viene de serie con doble airbag, ABS, control de estabilidad ESP y de descenso de pendientes HDC, sistema activo antivuelco, aire acondicionado, radio-CD, cuatro elevalunas eléctricos, cierre con mando y llantas de aleación de 16 pulgadas. El Premium (26.800) añade airbags de cortina, climatizador y llantas de 18. Y el Limited (29.300) suma asientos de cuero, techo solar y más detalles. Tienen tres años de garantía o 100.000 kilómetros y se ofrece un paquete con cambio automático de cuatro marchas y control de velocidad (1.800 euros).
Conclusión
El Actyon es un todoterreno original pensado para clientes jóvenes con estilos de vida activos. Tiene una imagen deportiva y con carácter, un interior correcto y un maletero pequeño. Funciona bien, viaja con soltura y se defiende en el campo. Tiene unos precios ajustados que incluyen un buen equipamiento de serie.
DISEÑO CUIDADO Y POCO MALETERO
El diseño interior del Actyon está cuidado y aunque abusa de los plásticos grises oscuros presenta un ambiente moderno y agradable. Destacan los trazos rectos y robustos del salpicadero, que tiene la consola central desplazada hacia el conductor para acercarle los mandos. Y en uno de los laterales lleva el mando circular para conectar la tracción 4×4 o la reductora.Las plazas traseras están bien resueltas y ofrecen suficiente altura y espacio para las piernas. El respaldo del asiento del centro es duro e incómodo, pero no tiene debajo el túnel de la transmisión, que siempre molesta en los pies de los 4×4. Y sólo se echan de menos las soluciones de los monovolúmenes, porque la banqueta posterior es corrida y fija, y sólo los respaldos se regulan en inclinación y se pliegan.El diseño del portón trasero reduce el maletero a 321 litros (hasta la altura de la bandeja), aunque incluye una rueda de repuesto normal que si se sustituye por un kit antipinchazos añade 95 litros más. Cargando hasta el techo sube a 661 litros y llega a 1.614 abatiendo los asientos posteriores, que dejan el piso plano. Sin embargo,la base del portón queda muy alta y es algo incómoda para cargar.La zaga es peculiar y destaca por la cintura de chapa alta y el alerón posterior.
MÁS ECONÓMICO Y CON REDUCTORA
El acabado Premium del Actyon es más barato que las versiones similares de los todoterrenos ligeros. Sólo incluye cuatro airbags de serie, pero viene con control de estabilidad, y también con reductora y control de descenso de pendientes, dos ventajas para circular fuera del asfalto. Las alternativas más económicas son el Hyundai Tucson y el Kia Sportage, que cuestan 400 euros más. Tienen seis airbags, dos más, pero no incluyen el control de estabilidad ni como opción.El Suzuki Grand Vitara es el único con reductora, pero cuesta 900 euros más y hay que sumarle otros 900 del ESP. Y el Toyota Rav 4 sale 1.800 euros más caro. Incluye siete airbags (uno para las rodillas del conductor) y ESP, y ofrece unas prestaciones superiores y un consumo más bajo, pero sus ventajas no equilibran una diferencia tan abultada.
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