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Crónica:Fútbol | 16ª jornada de liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Vicente calienta al Valencia

La notable actuación del extremo y su asociación con Villa tumban al Mallorca

Con prisas por recuperar el tiempo perdido, Vicente calentó ayer a un Valencia semifrío hasta que el extremo valenciano lo metió en el partido, que fue al final de la primera parte. Vicente se empleó con la intensidad de otros tiempos y sepultó al Mallorca cuando entró en una simbiosis perfecta con Villa. Después Morientes remató la tercera victoria consecutiva valencianista. El Valencia acaba el año embalado aprovechando el regreso de Albelda y la consiguiente recuperación de la jerarquía perdida, maquillándose así el trauma de seis jornadas seguidas sin ganar.

A medida que Vicente crezca cada jornada, a medida que sus tobillos de cristal vayan cubriéndose de láminas de acero, el Valencia tiene derecho a pensar en grande. Ayer aprovechó un servicio corrido de Villa para, con un disparo de primeras y pegado al palo del portero, abrirle una senda a su equipo que, hasta entonces, había estado cubierta de maleza. Era una noche desangelada, sin apenas público, y el cuadro de Quique se contagió del ambiente mortecino de las gradas. O fue al revés. Con la obligación de atacar, el Valencia, que venía de ganar en La Romareda con un solo disparo, destapó sus limitaciones creativas. Mérito también del Mallorca, que achicó los espacios defendiendo muy arriba y obligó a que fueran los zagueros locales quienes iniciaran el juego. Así hasta que Silva hurtó el balón al Mallorca en su salida. Le pilló a contrapié al conjunto de Manzano, que ya no pudo frenar el pase telegrafiado de Villa y el remate seco de Vicente. En un relámpago. Quique intercambió las posiciones de Silva y Angulo. Sobre la marcha. Tan pronto caía uno al extremo derecho, el otro se marchaba a la zona reservada al segundo delantero. Una manera efectiva de sacar de sus casillas a los zagueros. El técnico ha entendido definitivamente que Silva y Angulo son sus primeras elecciones para la alineación, lo que convierte a Joaquín en un recurso para las segundas partes, un actor de reparto.

VALENCIA - 3 MALLORCA 1

Valencia: Cañizares; Miguel, Albiol, David Navarro, Curro Torres; Silva (Joaquín, m. 69), Albelda, Baraja, Vicente; Angulo y Villa (Morientes, m. 59). No utilizados: Butelle (p.s.), Ayala, Pallardó, Jorge López y Hugo Viana.

Mallorca: Prats; Varela, Nunes, Ballesteros, Navarro; Pereyra, Basinas (Víctor, m. 66), Jordi (Maxi, m. 90); Jankovic (Tuni, m. 72), Arango y Jonás. No utilizados: Moya (p.s.), Dorado, Héctor y Tristán.

Goles: 1-0. M. 39. Villa asiste a Vicente. 2-0. M. 56. Vicente le quita el balón a Ballesteros y pasa a Villa, que regatea al portero. 3-0. M. 81. Morientes. 3-1. M. 88. Jonás, de penalti.

Árbitro: Velasco Carballo. Amonestó a Ballesteros, Nunes, Curro, Baraja, Silva, Jankovic, Navarro y Albiol.

Unos 25.000 espectadores en Mestalla.

Mestalla eligió el primer tiempo para protestar por el fútbol inseguro de su equipo

El poco poblado Mestalla eligió en el primer tiempo una víctima para expresar su disconformidad con el fútbol inseguro de su equipo: Curro Torres, que cubre con cierta dignidad la baja de Moretti como lateral izquierdo.

La segunda parte arrancó con una chilena apreciable de Villa, siempre atento a las novedades en el mercado de los grandes goles (Ronaldinho al Villarreal). Eso no anunció, sin embargo, un dominio apabullante del Valencia, sino una prolongación del partido muy dividida en la que los centrales valencianistas, por ejemplo, hubieron de emplearse a fondo. La pareja de jóvenes centrales valencianos, Albiol y David Navarro, que, contra todo pronóstico, ha acabado por mezclar mejor que cualquier otra opción con Ayala.

Así estaba el Valencia, sufriendo atrás a pesar de alguna frivolidad del imprevisible Miguel, que practicó la ruleta de Zidane ante el deleite de la grada de tribuna. Y que precedió el golpe definitivo. Un pase comprometido de Prats y un enredo de Ballesteros propiciaron una nueva aparición fulgurante de Vicente. El extremo corrió el elemental contragolpe y lo concluyó con el pase para que lo rematara solo Villa, que burló a Prats con facilidad. Quedaba más de media hora, pero Quique entendió que era hora de economizar. Sustituyó a Villa, que se marchó con una cuenta pletórica de resultados: el pase del primer tanto y el autor del segundo, su octavo gol en la Liga. Y entró Morientes, que concluyó el festín con un cabezazo tras un suave centro de Angulo.

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