El 'test' psicológico de Quesada
El granadino denuncia que el Unibet.com no le paga desde agosto
Carlos García Quesada, ciclista granadino de 28 años, había desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en el Kelme, luego llamado Comunidad Valenciana, el equipo de Vicente Belda, por lo que a casi nadie extrañó que su nombre figurara en las primeras listas que circularon de implicados en la Operación Puerto. Tampoco, pues, llamó mucho la atención que el 30 de junio pasado su equipo, el Unibet.com belga, anunciara la suspensión temporal de su mejor corredor. La suspensión de empleo duró dos semanas. El 14 de julio, el equipo belga levantó la sanción reconociendo que no disponía de información oficial, que lo que sabía lo sabía sólo por la prensa. Así, García Quesada, ganador en primavera de la Vuelta a Andalucía y de una etapa de la Vuelta a Murcia, terminó la temporada con cierta normalidad. Cierta, no completa: corría, pero no cobraba. Desde agosto, ni un duro.
Una primera carta de protesta en septiembre -que incluía su disposición absoluta a someterse a análisis de ADN para probar su inocencia en el caso Puerto- obtuvo como respuesta una declaración de sinceridad: no te pagamos para forzar un acto de conciliación y despedirte, le contestaron. Ante su negativa a entrar en el juego, su equipo desplegó en octubre una nueva estrategia. Sometieron al corredor, cuyo contrato vence en diciembre de 2007, a una serie de análisis médicos y, algo insólito en el sector, a una batería de test psicológicos. Lo evaluaremos y lo usaremos para el proceso de selección: anuncio encubierto de despido justificado.
La historia, que conocerá hoy su siguiente capítulo cuando García Quesada denuncie a su empresa en un juzgado granadino, solicitando que se congelen los avales del equipo ante la UCI por valor de 532.000 euros, tiene su miga dado que el Unibet.com -dudosas prácticas laborales, patrocinador sueco, padrino holandés llamado Hein Verbruggen, ex presidente de la UCI, y mánager belga, Jacques Hanegraf, amigo de Verbruggen- es el equipo que ha conseguido este año la decimonovena licencia de ProTour, el selecto club que sólo, en teoría, admite a los inmaculados desde el punto de vista ético, económico y social, la licencia de la discordia. La piedra de toque entre la UCI y los grandes organizadores.
Mientras la federación internacional persiste en admitir un máximo de 20 en el club, en exigirles la participación en sus 27 carreras -incluidas, dicen, Vuelta, Giro y Tour-, en garantizarles el derecho a correrlas y en recordar que nadie tiene el derecho a salirse unilateralmente de la liga, los organizadores de las tres grandes y de ocho carreras más mantienen que ellos ya no forman parte del ProTour, que sólo ellos podrán fijar las condiciones de participación y que, de momento, en 2007 sólo podrán considerarse invitados 18 equipos: todos los de la temporada pasada menos los desaparecidos Astana de Manolo Saiz y Phonak de Floyd Landis, pero no el Unibet.com, el decimonoveno de la lista, que se ha reforzado con el venezolano José Rujano, el gran escalador del Giro 2005.
En la cuneta, el Unibet.com, que cuenta entre sus directores con Lucien van Impe, ganador de un Tour, múltiple rey de la montaña, ha dejado el lastre, a corredores fichados el año pasado para conseguir victorias y notoriedad a cualquier precio. A corredores como l'enfant terrible Frank Vandenbroucke y toda su historia horrible y triste de abuso de sustancias, de denuncias, de espantadas, de registros policiales y visitas a los tribunales; a corredores como Gert Omloop, cuyo domicilio fue registrado por la policía tras un chivatazo, o como su amigo Dave Bruylandts, que pensaba volver al pelotón en el Unibet.com tras cumplir una sanción por dopaje y también recibió la visita policial. O como Carlos García Quesada.
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