_
_
_
_
Crónica:Fútbol | 15ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

La Real salva un 'match ball'

Los blanquiazules consiguen su primera victoria, 19 partidos después, ante un digno Nàstic

La Real libró el primer match ball, su primera gran final (parece que habrá más) y evitó un desdoro supino: culminar el equivalente a toda una vuelta sin ganar un partido. La Real no ganaba desde el 22 de abril de 2006 cuando venció 0-2 a un Villarreal de circunstancias, la pasada temporada. Es decir, acumulaba 18 partidos consecutivos sin ganar. El de ayer era el decimonoveno cronológicamente. Toda una vuelta, Casi toda una vida. Y se lo ganó al Nàstic, con el que discutía el farolillo rojo de la clasificación y que todavía estará devanándose la sesera para explicarse por qué perdió. Se puso dos veces por delante en el marcador, supo reaccionar ante la adversidad de los empates de su rival y se fue para casa sin saber por qué perdió. Y perdió por falta de fe y por falta de banquillo. Cuando Diego Rivas hizo el 3-2, con media hora por delante, Paco Flores, el míster del Nàstic, movilizó a todos sus delanteros cuando su problema principal radicaba en el centro del campo, superado por el empuje de la Real y con una acumulación de pases fallidos que convertían a los nuevos delanteros (Gil, Pinilla) en estatuas de cera. Nada que objetar a Flores: en el banquillo no había ningún sustituto para esa demarcación.

REAL SOCIEDAD 3 - NÀSTIC TARRAGONA 2

Real Sociedad: Bravo; Gerardo, Juanito, González, López Rekarte; Rivas (Garitano, m. 85), Aranburu; Prieto, Jesuli (Felicio, m. 88), Uranga; y Kovacevic (Agirretxe, m. 81). No utilizados: Riesgo; Labaka, Novo y Garrido.

Nástic: Rubén Pérez; David García (Ruz, m. 61), Llera, Cáceres, Mingo; Generelo, Morales; Cuéllar, Irurzun (Pinilla, m. 69), Juan Díaz (Gil, m. 69); y Rubén Castro. No utilizados: BIzarri; Matellán, Buades y Portillo.

Goles: 0-1. M. 17. Llera, de cabeza. 1-1. M. 47. Mingo, en propia puerta. 1-2. M. 49. Rubén Castro. 2-2. M. 53. Juanito, de cabeza. 3-2. M. 59. Centro de Rekarte que empalma Rivas.

Árbitro: Pino Zamorano. Amonestó a David García, Ruz, Llera, Generelo, Irurzun, Pinilla, Ruben Castro, Jesuli y Felicio.

22.588 espectadores en Anoeta. Se guardó un minuto de silencio por los dos arbitros fallecidos en accidente de tráfico.

Cinco goles presumen un buen partido. No lo fue. Emoción la tuvo toda (incluso el brasileño Gil tuvo el empate en sus botas en un mano a mano final con Bravo), pero fútbol tuvo poco. A la Real le sigue faltando creatividad aunque no se le reprocha trabajo, y en esas condiciones Kovacevic es un mero objeto decorativo: sin centros que se precien, no hay Kovacevic que valga. El serbio depende absolutamente de los demás. El Nàstic arrancó con dinamismo, con valentía, intimidando a la Real desde el principio, ocupando Anoeta como si lo conociera de toda la vida. Se puede decir que asustó desde el primer minuto: un tiro de Generelo puso a prueba a Bravo (hoy por hoy, el futbolista más interesante de la Real).

El partido se enzarzó en un futbol recio, sin concesiones, y por tanto muy dado a entronizar a los accidentales. Así marcó Llera su primer gol en la Liga, peinando con la cabeza, y empató Mingo, en propia puerta, en un despeje inverosímil, y respondió Rubén Castro tras un resbalón de Mikel González, y marcó Juanito por primera vez en otro remate de cabeza y Rivas, también por primera vez consiguió la victoria en un remate seco.

Era el día de la primera vez. El día que la Real se quitó el sambenito de perdedor, con dos sustos de por medio, frente a un Nàstic al que se le fue agotando la gasolina y nunca se explicará por qué se fue de vacío.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_