Los escritores siguen fieles a la tradición del libro en papel
"La figura del lector debería estar mucho más presente en los encuentros de escritores". Esta idea del escritor gallego Xesús Fraga centró el debate que, en la mañana de ayer, abrió la segunda jornada del Encontro De pedra e de palabra. Bajo el título Posible perfil do lector do século XXI, en el auditorio del Consello da Cultura Galega, y la moderación en la mesa del propio Fraga, cuatro autores intercambiaron monólogos al respeto de la cuestión.
El portugués Manuel Rodríguez Vaz, uno de los pocos periodistas blancos que quedó en Angola después de la independencia del país africano, se declaró partidario del libro tradicional en papel. Y aseguró que no desaparecerá. Por que, para Rodríguez Vaz, el lector del siglo XXI no será muy diferente del del siglo pasado. "Si hay algún cambio relevante, será en el aspecto gráfico", explicó. Antes de terminar su turno de intervención, hizo un inesperado canto a la unidad entre Galicia y el norte de Portugal.
Bibliofilias
A pesar de que la bibliofilia dominó un debate en el que, por lo menos, tres de los cuatro ponentes expresaron su querencia por el libro como objeto, el narrador ourensano Bieito Iglesias se reveló como el que más afiló el cuchillo dialéctico. "Quizás haya personas más autorizadas que yo para hablar sobre el lector del siglo XXI", empezó, "porque yo soy un lector del siglo XX". Y, acto seguido, ofreció una proyección meditada, sarcástica y política de cómo va a ser ese lector. Anticanónico, interactivo, diverso o amnésico fueron algunas de las propiedades que Iglesias pronosticó y desarrolló para el público de los libros del futuro. "Si ahora hay quien escribe para personas menores de 30 años, en el futuro habrá que escribir para diabéticos o para hipocondríacos", opinón entre las carcajadas del reducido público asistente.
El poeta peruano, afincado en Salamanca, Alfredo Pérez Alencart comenzó citando a Borges. Dejó claro desde el principio su militancia libresca y aún así afirmó que los medios electrónicos no le importaban. "Lo que me preocupa es que la gente no lea", dijo. Alencart no cuenta demasiados años y, sin embargo, ya está de vuelta. "Cuando te vas haciendo mayor, te vuelves más selectivo con las lecturas", concluyó. Justo antes de Alencart, el ensayista y poeta Remo Ruiz, también salmantino de adopción, abogó por una suerte de conciliación armónica del nuevo libro electrónico y la "grandísima tradición libresca".
Dos debates, un recital poético y un espectáculo teatral a cargo de Cándido Pazó completaron el segundo día de De pedra e de palabra.
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