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Columna
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Sosiego espiritual

Dicen que en el término medio está la virtud. Pero aún está por localizar dónde está el término medio. Ahí están los arqueólogos buscando si se quedó en UCD o los sociólogos descubriendo que cuando los extremos se alejan dejan el centro vacante. Lo curioso es que en esta nuestra nación de provincias y comarcas el personal se proclama cada vez más de centro. ¿Qué hacen entonces Joan Ignasi Pla imitando el verbo y las formas de Gaspar Llamazares o Francesc Camps cayendo en tentaciones propias de Joaquín Ruiz Jiménez?

Lo detecta muy claramente José Félix Tezanos (el gran padre junto con Alfonso Guerra de toda la sociología electoral española): "En España existe un gran espacio de centro que no lo acaba de ocupar nadie", entre otras por la sencilla razón de que los dos partidos mayoritarios escoran hacia los extremos y los otros tienen vocación y presumen de estar a la izquierda de Rodríguez Zapatero. Hasta Artur Mas, si pudiera, se declararía más que socialdemócrata. A todos les hace falta un repaso de las lecturas de Santa Teresa: "sosiego espiritual". Es lo único que dejarán las invasiones bárbaras.

Tezanos, el único laboratorio de ideas fiable que hay por la izquierda española, marca claramente que hay entre un 10 a un 15 por ciento del electorado que está en esa virtud que es el centro. Antes fue el 1 o el 2 por ciento porque los votantes se sentían satisfechos por la centralidad que ocupaban uno u otro partido. Ahora ya son el 10 o 15 por ciento los que permanecen equidistantes. De centro con conciencia cívica que quieren votar pero uno les parece muy de derechas y el otro muy de izquierdas. ¿Quién se llevará el gato al agua? ¿Quién sumará sus votos a los del espacio central?

Por eso los del PSOE deberían ponerse a temblar cuando aparece el New York Times, que es como lo más socialdemócrata de los americanos, y dice claramente Zapatero "escora" hacia la izquierda, cuando resulta que Felipe González ganaba por goleada por dar sensación de centralidad y moderación. Pero González tenía a Tezanos, a Guerra y a medio Lerma y Zapatero a Pepiño Blanco, Moraleda, lo que queda de Pla y ahora la moratorio urbanística de Gloria Marcos y Enric Morera. Un dispendio por el centro. ¿Dónde está la virtud del sosiego y la centralidad?

Pero no hay que irse a la Biblia del Watergate. Cuando lees la letra pequeña de las encuestas sociales y comerciales hechas en parte y en el todo de la Comunidad Valenciana el resultado es como un libro abierto. La mayor parte de la población se sitúa más cerca del seis que del cuatro en la valoración del centro político (0 es la extrema izquierda y 10 es la extrema derecha). Ahí están todos los votos necesarios para ganar las elecciones por mayoría absoluta.

Lo que pasa es los políticos se dejan llevar siempre por el afán de contentar a su feligresía, sin valorar qué hay más allá de su propia foto. Por eso hay una percepción que fija ese diez-quince por ciento que anuncia José Felix Tezanos en el centro-centro derecha que los partidos no reconocen porque no acuden a sus novenas. Por eso Alicia de Miguel insistía esta misma semana que el PP debe recuperar el centro, aunque sea apoyando a Zapatero en la Ley de Dependencia. Centro, centralidad y autoestima ciudadana. Quien tenga el eje del compás marca el círculo central.

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¿Cómo se gana en la Comunidad Valenciana el centro que da la victoria? Primero hay que creérselo. Y hoy por hoy se lo creen mucho más Francesc Camps, Alperi, Rita Barberá o Alberto Fabra que Joan Ignasi Pla, Etelvina Andreu, Juan María Calles o Carmen Alborch, que les da vergüenza reconocer que la política es el arte de lo posible y no de lo imaginado en el café de la progresía. Y luego hay que hacer lo que dice Sun Tzu en El arte de la guerra: "La regla general para la utilización de los medios militares consiste en que es mejor conservar un país intacto que destruirlo". En el centro no gustan las alharacas que afean la tierra en la que vivimos

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