David López asalta Parma
Osasuna, liderada por el riojano, cierra su clasificación con una goleada al equipo italiano
No necesitaba más Osasuna, sólo una victoria. Y la logró contra un rival debilísimo, plagado de suplente y carente de imaginación. Eso sí, tuvo que ser David López, desde dos lugares a los que está poco habituado, el que marcara la diferencia. Primero, por la banda izquierda, donde Ziganda lo suele colocar, él diestro cerrado, para suplir a Delporte. Después, en boca de gol y posición más que dudosa, para culminar una jugada y centro de Soldado. Es decir, los papeles cambiados pero la efectividad intacta.
Hasta el primer tanto, no había sido un encuentro brillante. A los navarros les bastaba un empate y prefirieron no arriesgar. Siempre en formación retrasada, el conjunto rojillo trató de aprovecharse de la polivalencia de Soldado y Milosevic mediante pases erráticos y larguísimos. La idea era clara: no renunciar al ataque pero sin quitar el freno de mano, manteniendo el orden atrás. Para lograrlo, además, encontró la ayuda de un rival absolutamente distendido por falta de objetivos y ya clasificado como primero de grupo antes del encuentro.
PARMA 0 - OSASUNA 3
Parma: De Lucía; Coly, Paci, Rossi, Bochetti; Ciaramitaro, Savi (Lorenzini, m. 71), Bolaño, Dedic; Pisanu (Paponi, m. 45) y Kutozov. Jugadores no utilizados: Virgili, Feronetti, Castellini, Mandorlini, Cigarini y Budan.
Osasuna: Ricardo; Javier Flaño, Josetxo, Cruchaga, Monreal; Valdo, Puñal, Nekounam (Raúl García, m. 79), David López (Juanfran, m. 73); Soldado (Romeo, m. 67) y Milosevic. Jugadores no utilizados: Elía, Miguel Flaño, Muñoz y Font.
Goles: 0-1. M. 33. David López, tras un error de despeje de De Lucía. 0-2. David López remacha una gran internada y pase de Soldado. 0-3. M. 82. Juanfran remacha sobre la línea de gol.
Árbitro: Selcuk Dereli (Turquía). Sin amonestados.
Unos 5.000 espectadores en el estadio Ennio Tardini
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El equipo de Ziganza no renunció al ataque pero tampoco quitó el freno de mano y mantuvo el orden
El hastío se generalizaba, con Valdo tratando de buscar algo de fútbol ante la opacidad del resto de jugadores. Faltaba la espoleta y De Lucía, inédito desde el inicio, acabó por protagonizarla. Una cesión sencilla la convirtió en un desastre. David López, desde fuera del área, cruzó el balón regalado por el guardameta y éste entró tras tocar el palo derecho de la portería. Un disparo raso y difícil que el riojano enhebró con un golpe propio del billar. La poca presencia anímica de los parmesanos se diluyó con el gol. Además, la presión de Osasuna eliminó cualquier intento de revuelta transalpina. El segundo tanto de David López, al borde del descanso, zapó las últimas esperanzas del Parma, un conjunto en quiebra económica, futbolística y moral. Con un esquema borroso, sin verdaderos atacantes ni un centro de campo organizado, los italianos no pasaban de ser correosos pero inocentes.
La entrada de Paponi, un genuino ariete, fue el mejor revulsivo para su equipo. Por lo menos sirvió para movilizar a sus compañeros, que se aprovecharon de la relajación osasunista, que se veía en la siguiente ronda y prefería no malgastar esfuerzos de cara a la Liga. Nekounam y Puñal impusieron un compás lento, al que no se llegaron a acostumbrar Valdo y David López. Así, con lentitud y pases cortos y eficaces, los minutos pasaban sin mayores preocupaciones. Sólo una aproximación de Kutuzov, que mostró una gran alegría tras la salida de Paponi, perturbó a un aburridísimo Ricardo.
Sin más que hacer, los jugadores osasunistas optaron por un repliegue ordenado, más por ahorro de energías que por convicción. Incluso al trantrán, el equipo visitante dispuso de un par de ocasiones meridianas, erradas por Romeo, un mano a mano, y Valdo, en un remate desde dentro del área pequeña. Pero la ventaja era ya una realidad para Osasuna, que llegó a ampliarla con un tanto de Juanfran tras jugada de Romeo y que certifica la quinta victoria consecutiva de los navarros en un mes pletórico.
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