En Memphis ya no suena el 'blues'
Sin Gasol, todavía convaleciente, el conjunto de Tennessee es el peor de la NBA
Cinco victorias y trece derrotas. El peor equipo de la NBA junto a Charlotte. Los Grizzlies de Memphis, los compañeros de Pau Gasol, empiezan a ser conocidos como los Gremlims de Memphis. La ausencia del ala-pívot español, por lesión; una política desastrosa de refuerzos, un dueño que sólo se fija en el balance ganancias-pérdidas y la desconfianza del técnico, Mike Fratello, en los jóvenes del equipo son los causas de la marejada que se vive en la capital del blues. Tanta, que meterse por cuarta vez consecutiva en las eliminatorias finales -aunque sea para caer a las primeras de cambio sin ganar ningún partido: 12-0 en las series, lo nunca visto- se antoja un himalaya para el cuadro de Tennessee.
De momento, el intercambio con Houston de Shane Battier por Rudy Gay, un rookie prometedor, y Stromile Swift sólo ha descompensado a la mejor defensa de la temporada pasada (88,47 puntos en contra de media). Por mucho que le insistan, Fratello no ve con buenos ojos a los valores del futuro. Tampoco a Hakim Warrick. El de Syracuse le ha respondido en la cancha (15,7 puntos y 5,8 rebotes en 32 minutos). Números muy similares a los de Mike Miller (14,3 puntos, 6,4 rebotes y 4,1 asistencias), avalado como el mejor sexto hombre del curso pasado. El alero tira tanto del carro, a la espera de la pronta reincorporación de Gasol, que prácticamente juega de principio a fin (38m 54s minutos). Lástima que sea un tirador de picos y valles.
Otro de los fallos de la plantilla de Memphis es que no tiene un base serio. Tras pasar dos tercios de la temporada en el limbo por una lesión en el tendón de su rodilla derecha, Damon Stoudamire ha vuelto a los mandos de la nave. Mientras tanto, Jerry West, el todopoderoso mánager general, predica por las esquinas que le incomoda el estilo lento y pausado del veterano, pasado de vueltas a sus 33 años.
También cojea el juego en la pintura, donde Gasol se ganaba unas propinas a la espera de un cinco puro. Alexander Johnson, un ala-pívot fornido, fiable en el rebote y con buenas manos, como expuso en la pretemporada, sólo ha aparecido en cuatro partidos. Además de Miller, Brian Cardinal (4,8 puntos en 11m 12s) es el paño caliente con el que se cubre la falta del catalán en el juego interior.
Lo irónico es que, lo hagan bien los Grizzlies o lo hagan fatal, al público parece que le da igual. Más de 3.000 asientos estaban vacíos en las gradas del FedExForum en el último partido de la elñiminatoria contra el Dallas en la primavera pasada. Tan irritado andaba West, con la coronilla echando humo, que aseguró entonces que no le iba a pedir al propietario del club, el multimillonario Michael Heisley, una inversión potente en fichajes. "Si yo fuera el propietario, no me gastaría un centavo; las pérdidas son enormes", dijo West. Dicho y hecho. Heisley, que compró la franquicia en 2000 por 160 millones de euros y la mudó de Vancouver a Memphis, perdió alrededor de 40 millones la campaña pasada, con los osos en lo alto de la tabla del Salvaje Oeste. A la espera del visto bueno del comisionado de la NBA, David Stern, la pretende vender por 280 millones a un grupo de inversores liderados por los ex jugadores Christian Laettner y Brian Davis, los dos de Duke y Laettner con el aval de figurar en el Dream Team de Barcelona 92.
Cerrada la adquisición del 70% de las acciones, los nuevos gestores rebajarían el enorme déficit acumulado. Davis no esconde que podría eliminar a West de la partida. Eso sí, la nueva directiva le ofrecería una pequeña participación en la sociedad. Un mero cargo representativo para el diseñador del séptimo equipo que más gastó la pasada temporada en salarios.
A la espera de volver a pisar con buen pie, Gasol, con Boston y Chicago interesados en el único all star en los 12 años de historia de la compañía, ha encontrado consuelo en Battier. "Jugar con Yao Ming y Tracy McGrady es una bendición, pero Gasol es capaz de llevar a Memphis al siguiente nivel", afirmó Battier tras visitar su hogar en los últimos cinco años. Cómo no, Memphis perdió.
Partidos del jueves: Nueva Jersey, 157; Phoenix, 161 (dos prórrogas). Dallas, 82; Detroit, 92 (una prórroga). Sacramento, 91; Miami, 93.
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