La confirmación de Samuel Sánchez

La temporada ciclista recién finalizada arroja, además de Valverde o Sastre, otros triunfadores. Uno de ellos es Samuel Sánchez (Oviedo, 1978). El corredor del Euskaltel-Euskadi ha rubricado un lujoso final de año, con una etapa en la Vuelta a España, el Gran Premio de Zúrich y el cuarto puesto en el Mundial de Salzburgo. "No esperaba tener un año tan bueno. Ha sido fascinante", dice. A finales de mes viajará con Haimar Zubeldia e Igor Antón -la más firme esperanza del equipo vasco- a San Diego (California, EEUU). Allí, en un túnel del viento, pondrán a prueba los componentes suministrados por el fabricante Orbea para perfeccionar la aerodinámica y aplicar esos beneficios a las contrarreloj.

"Antes me precipitaba, ahora soy más calculador. Pienso que he madurado"

"Mi nivel es un poco bajo en la crono, pero espero mejorar considerablemente. Estoy trabajando mucho", afirma. Su segundo puesto en la última contrarreloj de la Vuelta lo corrobora. Sin duda, es el escalón pendiente de un ciclista que esta temporada se ha deshecho de todos sus desasosiegos, los que le mostraban como un corredor valiente, pero vehemente en exceso en los momentos determinantes de la carrera. "Antes me precipitaba, ahora soy más calculador. Hubo momentos en que me veía nervioso, porque era un corredor ganador y no llegaban los triunfos. Hacía buenas carreras, pero sin resultado, y lo que cuenta son los resultados. Ahora, pienso que he madurado y se nota en la carretera", señala.

Gracias a esa sabiduría, Sánchez se ha revelado como un ciclista "versátil", al que le gusta "darle a todos los palos". "Los grandes campeones destacaban en todas las carreras. Merckx, Induráin y Armstrong eran capaces de ganar carreras de un día, de una semana y también de tres. No hay que hipotecar la temporada a una carrera, porque si sale mal es perder un año", indica, afirmación que va a definir la próxima temporada: "Quiero dividir el año en dos grandes bloques. En la primera mitad me centraré en la París-Niza, Vuelta al País Vasco, las clásicas belgas, y la Volta a Cataluña. Luego descansaré para preparar la Vuelta. Quiero convertirme en un clasicómano".

Sánchez se suma al ramillete de ciclistas españoles que miman las carreras de un día. "Los ciclistas se están dando cuenta de que también se pueden ganar la vida en carreras que no sean de tres semanas. Ganar una clásica o un Mundial es muy rentable. Y no sólo estamos Freire, Valverde o yo. Hay mucha gente más".

Cuando acaben las vacaciones, Sánchez asumirá la jefatura en carrera del Euskaltel, tras la decepción y posterior salida de Iban Mayo. El equipo afronta un nuevo tiempo para redefinirse, después de que en las últimas ediciones del Tour se volcaran muchas ilusiones, tal vez excesivas para lo que reflejó la carrera. Será la octava temporada del asturiano en el Euskaltel-Euskadi, al que llegó tras pasar tres años en su filial, el Olarra.

"Siempre tuve claro que para ser ciclista tenía que marcharme a Euskadi. Siempre he sido un luchador y ante las adversidades me crezco. He luchado por mis ilusiones y las estoy logrando poco a poco", concluye.