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El futuro de la Constitución

Del poder central al autonómico

Las propuestas de reforma constitucional del PP pretenden consolidar y aumentar el poder de la Administración central, mientras que el PSOE da más competencias a las autonomías

La reforma de la Constitución Española entró en la agenda de la clase política de la mano de José Luis Rodríguez Zapatero, que en su investidura como presidente del Gobierno anunció la iniciativa como una de sus grandes apuestas de la legislatura.

Zapatero planteó una reforma limitada a cuatro aspectos de la Constitución, en su programa electoral y, dos años y medio después, el debate ha abierto nuevos frentes. El PP, que consideró inadecuado "abrir el melón" de la reforma de la Carta Magna en aquellos momentos, se ha apuntado en las últimas semanas a la iniciativa de los cambios.

Mariano Rajoy defendió en la última conferencia sectorial del PP sobre el modelo de Estado, celebrada el pasado fin de semana, la necesidad de 14 retoques de la Constitución que, de hecho, suponen un reforzamiento de las competencias de la administración central frente a las autonomías en materias como las políticas hidráulicas o de inmigración, y elevan la exigencia para las reformas de estatutos de autonomía, dejando en manos del partido de la oposición la capacidad de bloquear esas modificaciones normativas en el Congreso.

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Todavía no ha habido una respuesta detallada a las reformas que propone el PP. Sólo una calificación del secretario de organización del PSOE, José Blanco, ha dado pie a que el PP descalifique rotundamente a Blanco, Ayer mismo, lo volvió a hacer Mariano Rajoy, En efecto, Blanco señaló que la reforma es "una chorrada", y aclaró que utilizaba esa palabra para parafrasear a Rajoy a quien le atribuyó un gusto especial por ese vocablo. Ahora bien, de inmediato, Blanco, el pasado lunes 4 de diciembre, tras la reunión de la comisión permanente del partido, hizo un recorrido por las propuestas del PP. Para Blanco las reformas propuestas rezuman "desconfianza hacia el Estado autonómico" cuando las autonomías son "Estado y la actual configuración territorial han promovido el progreso de muchos territorios que antes estaban condenados al atraso".

Lo que sigue resume los puntos de fricción más importantes entre PP y PSOE a la hora de abordar una reforma de la Constitución, que necesita del consenso de ambos partidos para lograr una mayoría suficiente de las Cortes.

- Reforma de estatutos de autonomía. La intención del PP es hacer lo más difícil posible la posibilidad de reformas los Estatutos de Autonomía. Por eso ha propuesto que se requiera el consenso de los dos tercios de la asamblea parlamentaria a la que pertenezca la comunidad que impulse tal reforma. Ese alto porcentaje de votos para cambiar un estatuto busca necesariamente el consenso de las fuerzas mayoritarias. Este aspecto ha sido criticado por el PSOE no tanto por el fondo sino por el hecho de proponerlo en sí mismo. José Blanco se ha encargado de explicar el porqué de la crítica. El PP y el PSOE han aprobado, en su fase total o en proceso, varias reformas estatutarias en las que no figura esa pretensión "que el PP no ha propuesto en ningún momento cuando se tramitaban las reformas".

- El futuro de Navarra. El PP propone la supresión de la disposición transitoria cuarta que alude a las posibles relaciones de Navarra con el País Vasco. Esto ocurre cuando desde el PP se lanza al PSOE la acusación de que Navarra forma parte de la negociación con ETA. Los socialistas califican de "delirio" tal tesis.

- La sucesión de la Corona. Tanto el PP como el PSE coinciden en la necesidad de reformar la Constitución para eliminar la prevalencia del hombre sobre la mujer en la línea de sucesión del trono en España. Y ambos partidos también coinciden en que este aspecto de la reforma constitucional, que requiere un referéndum, no debe someterse al refrendo popular en solitario para no propiciar un plebiscito sobre la Monarquía en España. Por tanto, para llevarlo adelante, PSOE y PP tendrán que acordar algún otro aspecto de la reforma constitucional.

- La reforma del Senado. La reforma de la Constitución para

convertir el Senado en Cámara territorial sólo es defendida por el PSOE. El PP la defendió hasta 1998 y posteriormente sólo aceptó una reforma de la Cámara Alta que no implicara la reforma constitucional. De 1995 a 1998, el Senado constituyó una ponencia en la que todos los partidos, representados en la Cámara Alta, llegaron a acordar las funciones y competencias que podrán tener un Senado convertido en Cámara territorial, entre ellas, que las materias de contenido autonómico fueran debatidas en primera instancia por la Cámara Alta. La ponencia quedó empantanada en el debate sobre la forma de elección de los senadores y la composición de la nueva Cámara.

El PP en la propuesta de 14 puntos que anunció, en su conferencia sectorial del pasado fin de semana sobre el tema territorial, no incluye la reforma del Senado, que para el PSOE es pieza clave de la reforma constitucional y de la reforma territorial.

- Europa en la Constitución. La referencia a la Unión Europa en la Constitución, de la que España es integrante desde 1985, era la cuarta pieza propuesta por el PSOE en su reforma de la norma fundamental. Los socialistas la consideran necesaria porque en 1978, cuando la Constitución española fue refrendada, España no pertenecía aún a la Unión Europea. Sin embargo, el empantanamiento de la Constitución Europea, tras su rechazo en Francia y Holanda, ha dejado paralizado este aspecto de la reforma.

- Disminuido por discapacitado. Hace un año, con motivo del Día Internacional del Discapacitado, el presidente del Gobierno anunció la necesidad de reformar un quinto aspecto de la Constitución, la sustitución de la expresión "disminuido" por "discapacitado" en el artículo 49 de la norma fundamental.

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