España aumentará su presencia en el desarrollo de los aviones de Airbus

El Consejo de Administración del consorcio EADS aprobó ayer la construcción del avión Airbus 350 con fibra de carbono, en la que la industria aeronáutica española se ha especializado. Buenas noticias para España. Y también buenas noticias para Europa, porque la decisión da un impulso al consorcio, muy tocado del ala desde que se conocieron los retrasos del superavión A-380. El nuevo aparato, que competirá con el Boeing 787 en el segmento de largo recorrido, requerirá unas inversiones de 10.000 millones de euros, que EADS financiará con recursos propios.

España aspiraba a ganar peso en los futuros aviones de Airbus y defendía, desde hace tiempo, que se utilizara la fibra de carbono, mucho más ligera y más económica que el aluminio litio. Al final triunfaron las tesis de España, cuyo único consejero en EADS es el ex ministro socialista Juan Manuel Eguiagaray. El objetivo español siempre ha sido duplicar hasta el 15% su participación en la fabricación de los aviones europeos.

Tras la decisión de ayer, resulta muy difícil determinar con exactitud cuál será la cuota, pero es seguro que el peso de la industria española aumentará y que las empresas auxiliares se van a ver muy beneficiadas, lo que es un aliento en estos momentos en los que el consorcio prepara una reestructuración de la plantilla.

Además de fabricar partes del timón y de la cola, como viene haciendo tradicionalmente, España participará también en las alas, algo en lo que hasta ahora apenas tiene presencia y que técnicamente son mucho más complejas de fabricar. El fuselaje seguirá siendo exclusivo de Alemania y Francia.

La especialización de las plantas españolas en fibra de carbono implicará, seguramente, la aportación de tecnología nacional. La estimación que ha manejado Industria antes de la decisión de ayer es que las ventas de Airbus España aumentarían alrededor de 1.000 millones de euros anuales en el plazo de 10 años y la creación de entre 800 y 1.000 empleos en ese periodo.

Menores costes

La fibra de carbono permitirá, según las previsiones, disminuir un 30% los costes de combustible por ser menos pesado que el aluminio litio. Buena parte del éxito que ha tenido el B-787 de Boeing, aseguran, se debe precisamente a este tipo de material en el que España ha desarrollado una tecnología punta y se ha convertido en líder mundial. Alemania está especializada en aluminio-litio y sólo en los últimos años se ha volcado a la fibra de carbono. Además, el nuevo A-350 tiene previsto incorporar los últimos adelantos tecnológicos y electrónicos que permitan superar a su competidor, el B-787, en este segmento de largo recorrido (entre 220 y 300 pasajeros).

La decisión estaba prevista para el pasado viernes, fecha en la que se había convocado una reunión extraordinaria y monográfica. Sin embargo, el escollo que la retrasó radicaba en la financiación del nuevo aparato, cuyo coste se eleva a 10.000 millones de euros. El momento que atraviesa EADS no es, precisamente, el mejor para la empresa, con unas deudas de 4.500 millones. Por eso, se aplazó hasta el consejo ordinario que se celebró ayer en Amsterdam. Los dos principales accionistas (Alemania y Francia) alcanzaron un acuerdo la noche del jueves y allanaron el camino.

Está previsto financiar la inversión con los recursos propios que genere la venta de aviones. Los detalles se conocerán hoy en una rueda de prensa en Toulouse. El objetivo es que vuelen entre 2012 y 2013 (la primera intención era 2010), cuatro años más tarde que el B-787. No obstante, a lo largo de las próximas semanas se pueden fijar otras fórmulas siempre que no supongan problemas en el seno de la Organización Mundial de Comercio (OMC). Es decir, que no sean ayudas estatales, ni subsidios, ni ampliaciones de capital, ni que haya condonaciones de deuda.

Las perspectivas que maneja Airbus son muy buenas, pero son mejores y más cercanas en el medio recorrido (de 100 a 220 plazas) que, según las previsioens, representarán el 70% de las entregas en los próximos 20 años, es decir más de 15.000. Se trata de una fuerte demanda que ha crecido por la multiplicación de las compañías de vuelos baratos.

Además, España quiere duplicar también su presencia accionarial, ahora en el 5,2% a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). Es una de las obsesiones del Gobierno, cuyo presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, lo ha negociado directamente con la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Jacques Chirac.